Cuando empezó la década de los noventa, el NES ya estaba más que consolidado. Todos ya teníamos muy claro quiénes eran Mario, Link, Samus, Zelda, entre otros. Aunque la máquina de 8-bits de Nintendo todavía tenía unos cuantos años más de vida, ya estaba por salir del horno la consola de siguiente generación: el Super Nintendo Entertainment System.
El salto a los 16-bits fue algo muy emocionante y que generó muchas expectativas. Esperábamos cosas nuevas, por supuesto, pero también nos preguntábamos cómo se verían y se jugarían las nuevas aventuras de los personajes arriba mencionados en un entorno más estilizado, con más colores, más profundidad y con una calidad más alta de efectos de sonido y música. Ahora se trataba de jugar no sólo con poder, sino con súper poder y, como ya sabemos, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
El irremediable salto generacional
Estaba en primero de secundaria y tenía un amigo con el que jugaba mucho NES. Un día me llamó por teléfono para invitarme a jugar a su casa. Acepté y le pregunté si quería que me llevara algunos juegos. Mi sorpresa fue mayúscula (que es una forma muy elegante de decir que se me cayó todo) cuando me dijo: pues, si tienes de SNES, sí. ¡Estaba más que emocionado! ¡Sería la primera vez que jugaría la nueva consola de Nintendo! Mi amigo tenía sólo 2 juegos: F-Zero y Super Mario World. Como buen fan de las naves, él quiso jugar primero el título de carreras, a lo cual yo accedí por mera educación, porque la verdad es que moría de ganas de jugar el de Mario. F-Zero es un juegazo, pero en ese momento mi mirada no estaba puesta en él. Después de un rato, finalmente jugamos Super Mario World y desde ese momento supe que Nintendo lo había hecho de nuevo.
Después de la trilogía de NES y el raro pero exitoso experimento de Super Mario Land, Nintendo no podía hacer algo menos que perfecto. La mesa estaba puesta para un banquete de lo más ostentoso. Estaba dándose un cambio generacional en la industria, acababa de iniciar una nueva década y en la mente de muchos seguía plasmada la obra de arte digital que fue Super Mario Bros. 3. El fontanero más famoso de los videojuegos tenía una carga muy pesada sobre los hombros: no sólo estaba protagonizando una nueva aventura en un nuevo entorno, sino porque ésta estaría incluida en el paquete de la consola.
Super Mario World apareció junto con el Super Nintendo en agosto de 1991 en América. Al tratarse de una nueva consola y un nuevo control con más botones, las mecánicas del juego tenían que echar mano de esas nuevas características. De ninguna manera Super Mario World es un tech demo, como es el caso de Nintendo Land, por ejemplo, pero sí funciona como uno, ya que una de las intenciones de Nintendo fue que los usuarios empezaran a familiarizarse con las capacidades del nuevo sistema. F-Zero, que también fue título de lanzamiento, hizo gala del famoso Modo 7 de la máquina de 16-bits de la gran N, lo cual también sirvió como una sólida carta de presentación.
Nuevos controles impecables
Además de la forma clásica de controlar al héroe con el D-Pad y un botón para correr y otro para saltar, Super Mario World incluyó el salto giratorio, así como los botones L y R para recorrer la pantalla hacia los lados. Con el salto giratorio es posible romper algunos bloques o caer sobre algunos enemigos u obstáculos sin recibir daño. Estas 2 funciones abrieron muchas posibilidades de diseño de niveles y exploración. Incluso hay puntos en los que se hace indispensable usarlas, mientras que en otros casos sirven para tomar algún atajo. Por ejemplo, hay un nivel en el que, con mucha práctica, puedes avanzar hasta el final rebotando sobre una serie de sierras y algunos enemigos. Hay otro en el que romper bloques se hace indispensable para alcanzar la salida secreta. De lo más atractivo del título en cuanto a cómo jugarlo es la capa para volar y planear indefinidamente (con cierta técnica). En Super Mario Bros. 3 ya habíamos visto a Mario surcar los aires con la famosa colita, pero eso se potenció en Super Mario World. Si practicas lo suficiente, podrás pasar planeando niveles enteros sin problema. Tal vez no sea lo ideal, pero te saca de muchos apuros, la verdad. Es algo así como usar la P en Super Mario Bros. 3, pero con un poco más de esfuerzo.
Otra habilidad que me parece muy importante y útil es la de lanzar objetos hacia arriba y no sólo hacia los lados. Así puedes golpear bloques muy altos e incluso hay un enemigo que debes vencer usando esta técnica. Es curioso cómo algo tan simple puede abrir el abanico de manera que podamos experimentar algo nuevo.
Tú decides por dónde
Una de las cosas que más me gusta de Super Mario World es que no es lineal; es decir, existen 8 mundos (más uno especial) como se hizo costumbre desde el NES, pero la forma en la que llegas al final puede variar mucho. En entregas pasadas ya teníamos la posibilidad de saltarnos mundos, pero esta característica está mucho mejor lograda en Super Mario World. Me agrada mucho poder explorar y descubrir los diferentes mundos a mi manera. No hace falta que superes todos los niveles para terminar la aventura. Es más, apenas tocando el mundo 1 y el 2, puedes llegar al castillo de Bowser, el cual, por cierto, tiene puerta trasera. Es una delicia para los speedrunners y vaya que le han sacado jugo. Si le echas un ojo a la lista de récords, verás que el menor tiempo está por debajo del minuto, gracias a un glitch que se puede activar en Yoshi’s Island 2 y que te lleva directamente a la pantalla final del juego. Por cierto, al decir Yoshi’s Island 2 no me estoy refiriendo a otro título, sino al nombre de uno de los niveles de Super Mario World. Por primera vez cada escena se distingue con un nombre y no sólo con un número como había venido sucediendo.
Si de secretos hablamos, en Super Mario World hay mucho que hacer si lo que quieres es platinearlo, ya que debes encontrar todas las salidas alternas, incluyendo una que te lleva a un mini nivel llamado TOP SECRET AREA en el que puedes abastecerte de power-ups y al que puedes regresar tantas veces quieras. Es en este punto en el que el diseño de niveles destaca de manera importante, ya que debes intentar de todo para encontrar alguna puerta oculta o una cerradura acompañada de su respectiva llave. La única pista que tienes para saber si el nivel tiene más de una posible salida es el color con el que se muestra en el mapa: si es amarillo, sólo hay una posibilidad, pero si es rojo, no puedes darte por vencido hasta encontrar las 2. La única excepción a esta regla son las casas fantasma, lo cual le agrega un desafío importante.
El sueño cumplido de Miyamoto
Prácticamente desde que se concibió la idea de Super Mario Bros., Miyamoto tuvo la inquietud de que Mario tuviera un acompañante en el cual pudiera montarse y que le sirviera para sortear algunos peligros o resolver algún acertijo. Las limitantes técnicas de aquel entonces habían impedido que esto sucediera, pero en esta nueva etapa fue posible incluir a Yoshi, un dinosaurio de color verde (al menos en su versión estándar) y larga lengua que le daría un toque muy especial al título. Así como la portada de la entrega anterior de NES había causado mucho impacto con la imagen de Mario volando, Super Mario World nos sorprendía con este peculiar personaje que incluso protagonizó la segunda parte años más tarde.
Las habilidades de Mario ya de por sí aportaron mucho a la experiencia, pero la presencia de Yoshi trajo frescura y nuevas formas de avanzar, explorar y descubrir los secretos de cada nivel. Puede caer sobre los enemigos o capturarlos con la lengua y comérselos. También consume frutas con las que se pueden conseguir algunos premios, además de que puede usar la lengua para alcanzar ciertos objetos como llaves o caparazones. De hecho hay un nivel en el que, si no lo tienes, simplemente no puedes tomar la llave que necesitas para salir.
Para darle más peso a la presencia de esta especie de patiño de Mario, en cada nivel se incluyeron 5 monedas especiales con su rostro, lo cual despertó el interés de los completistas que quieren exprimir hasta la última gota del juego. Es un personaje entrañable que llegó para quedarse, ya que no sólo ha aparecido en los juegos canónicos de la saga, sino que incluso tiene su propia franquicia. En Super Mario World encontró el lugar ideal para darse a conocer al mundo y lo hizo de una manera magistral. Cómo olvidar ese momento en el que golpeaste un bloque y apareció por primera vez ese característico huevo verde con blanco junto con ese caricaturesco efecto de sonido que se volvió una marca personal.
Como ya mencioné, el Yoshi verde es el más austero, pero los hay de otros colores y con distintas habilidades. Los rojos escupen fuego, los amarillos se dejan caer con un fuerte pisotón y a los azules les salen alas y pueden volar por un tiempo. Estos últimos son los más útiles para mí, ya que te pueden ayudar a superar un nivel más fácilmente o a alcanzar una salida oculta en las alturas.
Niveles para profesionales
Al inicio del mundo 2, si descubres algunas salidas secretas, puedes conseguir acceso al mundo Estrella, en el cual debes superar 5 niveles con 2 salidas cada uno. Después puedes entrar a una zona especial en la que se encuentran los 8 niveles más difíciles del juego. Si lo que quieres es simplemente pasarlos, puedes hacerlo volando y planeando, pero te recomiendo que los explores para que experimentes la dificultad y el excelente diseño que tienen. Una vez que conquistes estos desafíos especiales, el mundo cambiará de color y los goombas y koopas serán diferentes. Es algo similar a lo que ocurre en Super Mario Bros. cuando lo terminas y empiezas una segunda vuelta. Mención honorífica si puedes recordar, sin googlear ni ir al juego, los nombres de estos 8 niveles.
Me parece que con esto empezó la tradición en los juegos de Mario de incluir un conjunto de niveles especiales. Yo ya estoy más que mentalizado con que, con cada nueva entrega, me encontraré con al menos un nivel que me sacará canas verdes y me hará hacer una que otra rabieta. A pesar de ello, siempre lo disfruto mucho y agradezco el reto.
Super Mario World, además de ser una de las mejores aventuras de Mario, tiene un valor muy especial para mí. Fue una de mis puertas de entrada a la maravillosa generación de los 16-bits y a una de las consolas más queridas y recordadas del siglo pasado, en la cual pudimos ver verdaderas obras de arte tanto de Nintendo como de terceras partes. Si por alguna razón nunca lo has jugado, debes hacerlo cuanto antes.
¿En dónde lo puedo jugar actualmente?
Además del formato original, tienes estas opciones:
- SNES Classic Edition
- Nintendo Switch Online
- Nintendo eShop (Nintendo 3DS) - $172.39 MXN
- Nintendo eShop (WiiU) - $98.99 MXN
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