¡Te doy la bienvenida al Viernes Retro! En este espacio estaremos hablando de aquellos títulos que dejaron una huella indeleble en nuestro corazón gamer, a los que regresamos cada vez que tenemos oportunidad y que siempre nos satisfacen a pesar del paso de los años. Sabemos que esta es una celebración semanal que se originó en los foros de LEVEL UP, por este motivo, nos unimos al esfuerzo nostálgico de recordar grandes clásicos. A nuestros amigos que pioneros de corazón, los saludamos. Hoy es un viernes especial en el que se ha creado un vínculo entre la nostalgia y lo nuevo, así que empecemos.
El inevitable salto a la tercera dimensión
La generación poligonal dejó a su paso muchos títulos de alto valor que aún recordamos y jugamos. Lo que los hizo especiales no fueron los modelos con bordes afilados, como de origami, sino el hecho de que nos permitieron ver el mundo del gaming desde otra perspectiva. En algunos casos el salto de la segunda dimensión a la tercera se logró de forma sobresaliente, como es el caso de Super Mario 64 o The Legend of Zelda, no así con Castlevania o Mega man, por mencionar sólo algunos. Fue prácticamente una obligación para todas las franquicias que querían seguir vigentes subirse a este tren tridimensional pero, como ya dijimos, no todas supieron hacerlo. Hoy hablaremos de una que no sólo lo hizo muy bien, sino que trascendió y fundamentó su principal atractivo en aspectos que van mucho más allá de la apariencia.
Cambio de sede
Final Fantasy, hasta su sexta iteración, había aparecido en consolas de Nintendo. Fueron 7 años de romance entre el estudio entonces conocido como Squaresoft y los de Kioto, hasta que el primero decidió agarrar sus cositas y marcharse a Sony después de darse diferencias irreconciliables provenientes de la insistencia de uno por seguir usando cartuchos y la del otro por mudarse a los discos compactos. Yo quiero mucho a Nintendo, pero debo reconocer que, por sus necedades, ha tenido varios tropiezos bastante serios.
En fin, en 1997 Final Fantasy VII llegó a los anaqueles en exclusiva para Playstation. La entrega anterior dejó muy satisfechos a todos los poseedores de un Super Nintendo, pero en esta ocasión el impacto fue mucho mayor, ya que no sólo se trató de un salto de dimensión, sino de una historia y dinámica de juego que marcó a toda una generación. Además, ésta que es considerada una de las más grandes obras de Square Enix, reunió a un gran equipo cuyo talento se hizo evidente por la alta calidad del producto final. Yoshinori Kitase en la dirección, el máster Hironobu Sakaguchi en la producción y, obvio, Nobuo Uematsu como compositor. Es destacable también la participación como diseñador de Tetsuya Nomura, quien ya había participado en la sexta parte de la fantasía y ahora regresa para el remake que se está estrenando el día de hoy.
Final Fantasy VII para llevar
Regresé a Midgar a través de la versión de Nintendo Switch. Inmediatamente después de iniciar el juego quedé hipnotizado con los créditos. Es simplemente una imagen fija en la que lentamente van apareciendo los nombres y los cargos acompañados de una icónica música. Para mí fue mucho con poco, un puente al pasado, un homenaje al esfuerzo de gente extremadamente talentosa que puso todo su amor en lo que hizo y se aseguró de que todos lo notáramos. Es, simplemente, Final Fantasy.
Son muchas las razones por las que recordamos a Final Fantasy VII, pero los gráficos tal vez no estén en la parte de arriba de la lista. Sé que uno de los principales atractivos de la primera consola de Sony era su capacidad de reproducir cinemáticas, las cuales para la época se veían muy bien y complementaban muy bien los juegos, pero si hablamos de gráficas mientras juegas, el rendimiento no es tan bueno. Tener fondos estáticos al estilo de Resident Evil con los personajes en relieve como si fueran de papel me pareció buena idea, pero hay momentos en los que lo afilado de sus contornos resulta un poco molesto. Entiendo que en esos tiempos era lo que había y teníamos que conformarnos, pero la buena noticia para Final Fantasy VII es que las debilidades en ese apartado no lo perjudicaron, ya que sus virtudes son mucho mayores que sus defectos.
Nuestro enfoque no debe estar en cómo se ve, sino en cómo se juega. El sistema de batalla, que ya de por sí era bueno, fue mejorado. No perdió la esencia clásica, pero tuvo agregados interesantes, como los límites y los ataques nuevos. Es de destacar la gran cantidad de personajes jugables y cómo se relacionan. El eje central es Cloud, pero no sería nada sin la participación de Barret o Tifa. Hay un personaje en especial cuya historia se ha convertido en uno de los más grandes spoilers del gaming. Podría pensarse que después de 23 años eso ya está lejos de ser algo que arruine la experiencia, pero debemos considerar que a partir de hoy podemos disfrutar de una nueva versión, en la que seguramente volveremos a ver ese evento.
Más del universo de Cloud y compañía
Hay una canción que dice que todo es diferente la segunda vez. Creo que es cierto, la marca muchas veces sólo se imprime una vez, pero siempre es placentero regresar a ella. Al jugar la versión de Switch pude comprobar que esta gran obra sigue estando vigente. Ciertamente en 2020 los videojugadores traemos un chip diferente y las tendencias actuales del gaming irremediablemente nos presentan un panorama muy distinto al de la era antes del 3D o, incluso, antes de la Internet, pero también creo que hay ciertas experiencias que son a prueba del tiempo. Final Fantasy VII, con su remake, sin duda nos hará regresar a esos tiempos y al jugarlo constantemente estaremos recordando distintos momentos, pero también creando muchos otros. Puedes leer nuestra reseña de Final Fantasy VII Remake aquí.
Me gustaría que me compartieras cuáles son tus mejores recuerdos de Final Fantasy VII y que me enviaras imágenes de memorabilia que tengas del juego. Recuerda que en los foros hay una dinámica que se llama Viernes Retro y en redes sociales también podrás participar y compartirnos lo que desees. ¡Te invitamos!
¡Nos leemos en el próximo Viernes Retro!
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