Debemos sentirnos aliviados porque Telltale Games no haya desaparecido. Sí, hubo cambio de administración, pero de la mano de LCG Entertainment Inc. las cosas parecen ir bien para los creadores de The Wolf Among Us, del cual ya se anunció la segunda parte. El título que hoy nos ocupa y que sólo usaré como pretexto para desarrollar mis ideas es The Walking Dead, que para mí es de lo mejor de este estudio.
Mucho camino por recorrer
Confieso que apenas voy en el episodio 4 de la segunda temporada, pero durante las horas que he invertido tanto en la primera como en ésta, un pensamiento ha estado apareciendo constantemente en mi mente: ¿quiénes son los peligrosos en este juego? ¿De quién debo cuidarme realmente? Es una historia en la que la tensión y la incertidumbre son los ingredientes principales, pero me parece interesante preguntarnos de dónde vienen estas sensaciones y cuál es la lectura que podemos darles.
No quiero meterme mucho en describir el juego, sino en lo que nos deja como jugadores y como seres humanos. Me limitaré a decir que se trata de una historia de supervivencia en la que es posible ver y analizar nuestro comportamiento ante la amenaza de una invasión zombi. Tal vez nunca hayas experimentado algo así en la vida real (si es el caso, por favor no dejes de compartirlo en los comentarios), pero te aseguro que en esta envolvente narrativa te podrás identificar con algún personaje o situación.
Más allá de los zombis
Es un título que me ha cautivado y me ha hecho reflexionar. No sé si sea tu caso, pero he pasado más tiempo preocupándome por las acciones de los personajes no mordidos que por los muertos caminantes. Cuando lo esperado sería que los sobrevivientes estuvieran fuertemente unidos y apoyándose ante la desgracia, lo que en ocasiones nos encontramos es anarquía, crimen y violencia en todas sus formas. Constantemente están cuidándose las espaldas, pero no por los seres espantosos que con esos característicos gemidos y andar pausado los acechan, sino por las personas que se encuentran más cerca y que son aparentemente inofensivas. Debo decir que sí se forman grupos en los que hay protección y cuidado, pero cuando se trata de convivir con otras comunidades las cosas no siempre salen bien.
Tristemente me doy cuenta de que la mayor amenaza somos nosotros mismos. Ante el peligro, la desesperación e incluso el hambre, somos capaces de llevar a cabo los actos más viles y crueles. Eso nos hace peores que los zombis, ¿no crees? A fin de cuentas ellos sólo buscan alimentarse por instinto; es decir, no tienen la capacidad de analizar o tomar decisiones conscientes. Nosotros sí. Precisamente esa toma de decisiones es el fundamento de la forma de jugar The Walking Dead. Como en la vida, tenemos que elegir lo que consideramos lo mejor, aunque siempre exista el riesgo de que nos equivoquemos. Además, el juego te avisa que ciertas acciones serán recordadas por los involucrados, lo cual por un lado me causa admiración como mecánica pero también estrés por las implicaciones que puede tener. Me suena como un “cámara, me las vas a pagar.”
Como en la vida, tenemos que elegir lo que consideramos lo mejor, aunque siempre exista el riesgo de que nos equivoquemos.
Jugando con nuestra mente
Los momentos de mayor tensión dentro del juego se viven en contextos en los que los no muertos están lejos. Sí, es cierto, son la razón por la que se está dando la contingencia, pero el miedo a la muerte, que es una constante a lo largo de la historia, proviene también de otras fuentes. Es un experimento psicológico y social fascinante, ya que los escritores de The Walking Dead han buscado que nosotros los jugadores podamos razonar las decisiones que tomamos incluso sin saber a ciencia cierta si son las correctas. Por momentos puedes desear que un personaje desaparezca; simplemente no lo tragas, pero después puede darse alguna conversación o evento que te haga cambiar de parecer. Los guionistas te hacen creer que tú controlas los eventos, cuando en realidad el resultado final es el mismo. Lo interesante es el camino que te lleva a ese resultado y las interacciones que puedes tener.
Otro aspecto que le agrega estrés y emoción es que la protagonista ahora sea Clementine. Es duro ver cómo una niña de su edad debe enfrentarse a situaciones tan complejas, teniendo en ocasiones que comportarse como un adulto. Incluso hay algunos puntos en los que llega a mostrar más madurez que los personajes mayores. Me recuerda mucho a Ellie en The Last of Us, ya que el contexto es muy similar.
¿Hay esperanza?
No estoy diciendo de ninguna manera que he perdido la fe en la raza humana, para nada. Sin embargo, me entristece que muchas de las cosas que hasta ahora he visto en The Walking Dead no estén nada alejadas de la realidad que vivimos todos los días. La epidemia que sirve como base para contar la historia de este título no es solamente la que provoca un zombi que muerde a un ser humano convirtiéndolo, sino también la que generan personas que, motivadas por el miedo, crean comunidades en las que la violencia, el abuso y la brutalidad son el pan nuestro de cada día.
Seguiré desenmarañando la historia y ya después te contaré cómo me fue. Si ya lo jugaste, agradecería mucho que no me lo espoilearas, no hay que ser.
¿Qué piensas de The Walking Dead? ¿Qué te ha parecido? ¿Has encontrado en él algunas de las cosas que menciono u otras? Cuéntame en los comentarios.
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