Las audiencias han cambiado y la presentación del video en Internet ha perdurado como una alternativa a la televisión tradicional. Con el surgimiento de YouTube en 2005, los internautas tuvieron al alcance de la mano la posibilidad de crear y ver videos de forma gratuita. La puerta estaba abierta y los videojuegos encontraron un espacio en esta plataforma. Con la opción de compartir guías, secretos o simplemente experiencia y avances en un juego, rápidamente YouTube sirvió como un medio habitual de entretenimiento para los gamers. Lo único que faltaba era una interacción más directa, más allá de la publicación de comentarios que serían leídos en cualquier momento.
Con la idea de explotar el video en vivo surgió Justin TV en 2007. Dicha plataforma ponía como protagonista a su fundador Justin Kan, presentador que compartía su día a día en directo. Unos meses después la oferta se amplió a canales de distintos tipos, por ejemplo, la transmisión de juegos en Xbox se volvió algo común en la etapa final de Justin TV. En 2011, Twitch TV comienza a tomar forma como una opción dedicada al gaming de forma exclusiva. Twitch Interactive surgió como proyecto principal 3 años después y dejó de lado el contenido con diversos temas para dedicarse a los videojuegos completamente. De esta forma creció el apogeo por las transmisiones de torneos y juegos en vivo, con la posibilidad de que los espectadores tuvieran interacción en tiempo real. El streaming era ya un opción bien aceptada por los usuarios de Internet.
Si tenemos la opción de jugar en consolas, móviles o PC, ¿por qué elegimos ver antes que jugar?
Muchas respuestas pueden ser las correctas. La sensación de compañía que genera el streamer, la posibilidad de entretenernos un rato o simplemente aprender de un experto son algunas de las razones por las que el espectador se conecte puntual todos los días. Recientemente, nuestro compañero René Molina habló respecto al tema.
La rutina se vuelve natural y poco a poco el usuario desarrolla un sentimiento de cercanía con ese personaje detrás del monitor. Bromas sencillas, una imagen atractiva y mucha presencia, son características que las estrellas de Internet explotan al máximo. Su intención es provocar sonrisas y, de paso, obtener patrocinios y donadores, un negocio que funciona igual para quienes disfrutan los videojuegos desde hace años o apenas están iniciando su aventura en los mundos virtuales.
Alcanzar el sueño de ser una estrella virtual no es tarea fácil, sin embargo, existe la posibilidad de improvisar y ofrecer entretenimiento instantáneo como alternativa a la creación los videos con altos valores de producción. Por ejemplo, una buena opción puede ser jugar Fortnite y compartir tu día a día con tus fans. Fórmula que ha dejado buenos resultados a muchos de los que aspiran a ser streamer.
¿Estamos ante un modelo de negocios bien establecido?
Definitivamente sí, y uno muy redituable. Se puede percibir dinero a través de donaciones, suscripciones, anuncios y bits —moneda usada en la plataforma de streaming—. Sin embargo, el acceso a estas fuentes de ingresos depende del nivel de incorporación del creador de contenido a Twitch, es decir, si es afiliado o socio de la empresa.
La posibilidad de hacer carrera y convertirse en estrellas de Internet ha motivado a los usuarios a apostar por Twitch como una forma de vida. Cada mes, cerca de 40 millones de streamers se mantienen activos, de los cuales, aproximadamente 35,000 reciben mejores beneficios como socios.
El objetivo de este tipo de plataformas es difundir contenido de videojuegos por todo el mundo, sin embargo, no es la única opción de crear videos en directo. Twitch ofrece otras categorías con enfoques ajenos a los videojuegos, por ejemplo: actividades vinculadas al arte, música o una conversación con los espectadores. Esta última categoría, conocida como Just Chatting, ofrece una charla directa con la persona en pantalla mientras hace alguna otra cosa como bailar, ver algún capítulo de una serie animada o simplemente estar sentado y compartir su día a día con sus seguidores. Así de sencillo.
La fama del rockstar digital
El protagonismo en un video es parte fundamental del éxito de un canal. Destacar como streamer depende de la aceptación que tenga el creador de contenido con su audiencia. Con un buen enfoque y una buena campaña de difusión, el éxito puede llegar poco a poco —aunque no está garantizado— hasta convertirse —posiblemente— en una estrella de Internet —quizá—. Ninja es el caso de éxito más sobresaliente en este oficio emergente.
De lo competitivo al ocio profesional
Richard Tyler Blevins, mejor conocido como Ninja, es actualmente la celebridad más importante del mundo del streaming. Su carrera como jugador de Halo 3 comenzó en el torneo Orlando MLG 2009. Desde ese entonces dio sus primeros pasos como streamer, mientras seguía participando en torneos profesionales. Después de ganar un torneo por invitación en H1Z1 y con la llegada de PUBG en 2017, Ninja decidió dedicarse al streaming definitivamente.
Battle Royale, el pan caliente de los videojuegos
Con la llegada de Fortnite en 2017 y posteriormente su actualización a Battle Royale el juego se convirtió en una mina de oro para muchos streamers, entre ellos Ninja. De inmediato el jugador con cabello multicolor se consolidó como el favorito de Twitch. Los números no mienten, 14,717,260 de seguidores y 667,000 espectadores en una sola emisión, son algunos de los récords que el Ninja impuso en la plataforma de streaming. Se había convertido en una de las personalidades más influyentes del planeta.
El prestigio en sus manos
La oferta de mercado en Internet es grande, por lo tanto, la competencia también lo es. A diferencia del resto, Blevins no tenía que esforzarse por buscar un espacio para vender su imagen, él se podía dar el lujo de elegir. Un claro ejemplo fue la propuesta de EA. La compañía de videojuegos ofreció a Ninja $1 millón de dólares por jugar Apex Legends durante el día de lanzamiento y así lo hizo. Era evidente que las compañías competían por tener su atención. Mixer era una de ellas.
Un movimiento inesperado
El 1 de agosto de 2019 Ninja inició una nueva era en Mixer. El anuncio fue hecho a través de Twitter y YouTube en un video que simulaba una conferencia de prensa. Según el streamer, Mixer le permitió regresar a sus raíces.
Se especula que Ninja pudo obtener ganancias de hasta $100 MDD, pero sabremos la verdad hasta que Blevins lo confirme. Lo que está fuera de duda, es que el talento de Ninja y su legión de fans equivalen a un jugoso contrato imposible de rechazar.
The next chapter,https://t.co/lvn9KBjEYq pic.twitter.com/tljVgyM3bG
— Ninja (@Ninja) August 1, 2019
¿Juego sucio o mera casualidad?
El éxito de Ninja en Mixer es inminente. Su canal cuenta con 1 millón y medio de suscripciones además de tener casi 10 millones de vistas desde el 1 de agosto: su paso por Twitch dejó una huella difícil de borrar.
El 11 de agosto, el también youtuber subió un video a Twitter donde se quejó de la promoción que Twitch hace a otros creadores de contenido a través de su canal y la aparición —por accidente— de publicidad con contenido pornográfico en sus videos. Como resultado de esta queja Emmett Shear, director general de Twitch, argumentó que las sugerencias de canales son generadas de forma automática según las preferencias del usuario. Sobre la publicidad para adultos, indicó que ese tipo de contenido estaba prohibido y su transmisión fue un error. Como medida preventiva tuvieron que suspender el canal. La cuenta de Ninja permanece activa nuevamente aunque llama la atención que todo haya ocurrido después de la salida de su titular en la popular plataforma.
Disgusted and so sorry. pic.twitter.com/gnUY5Kp52E
— Ninja (@Ninja) August 11, 2019
Los streamers llegaron para quedarse
Plataformas como Facebook Live, Mixer, YouTube o Twitch son las principales fuentes de contenido en vivo actualmente, sin embargo, otras opciones para la transmisión de videos en directo siguen apareciendo, por ejemplo, Nonolive o StreamCraft.
El aumento de espacios dedicados al streaming de videojuegos habla de la aceptación que ha tenido este modelo con el paso de los años. Un oficio al que cada día más usuarios se unen con la intención de alcanzar la fama. La decisión de ser espectador o streamer es nuestra, sin embargo, tener una computadora, un micrófono y una cámara no nos garantiza tener éxito como celebridad de Internet. Tal vez con dedicación e ingenio podamos aspirar a ser el próximo NInja, pero quizá preferimos cerrar las transmisiones en vivo y seguir jugando como siempre.
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