¿Vemos más de lo que jugamos?

Nadie experimenta en control ajeno, ¿o sí?


Las formas en las que consumimos o estamos en contacto con los videojuegos se han diversificado. La interacción con nuestro pasatiempo favorito no se da necesariamente mientras tenemos un control en la mano. Actualmente hay muchas personas que prefieren ver jugar a alguien más y vivir la experiencia de otra manera. No voy a juzgar esta práctica, sino que me limitaré a decir que para poder criticar un juego o compartir impresiones objetivas del mismo, primero hay que jugarlo.

Sin embargo, ser espectador tiene su encanto; tan es así que existen plataformas dedicadas al streaming gamer, como Twitch o Mixer, en las que miles de usuarios se dan cita para presenciar partidas en vivo y platicar con sus influencers favoritos. A pesar del universo que se nos abrió con estos medios, no todo es miel sobre hojuelas, ya que algunos desarrolladores han bloqueado ciertas secciones de sus títulos específicamente en Twitch. Por otro lado, hay una larga lista de juegos prohibidos por tener contenido no apropiado; es decir, explícito, ofensivo o para adultos.

¿Por qué a veces preferimos ver jugar que jugar?

Un ejemplo personal es Injustice: Gods Among Us. Me eché varias partidas en YouTube porque sólo quería saber qué tan bien se veía esta propuesta de NetherRealm Studios y cómo habían podido integrar a los personajes del universo de DC en un título de peleas. Mi intención era conocerlo, aunque fuera de manera muy superficial, a pesar de que de antemano supiera que no iba a formar parte de mi colección. En otros casos me funciona como complemento de alguna actividad (trabajo, estudio, etc.). Aquí la intención no es experimentar, sino simplemente tener ruido de fondo. Los speedruns también pueden resultar atractivos, ya sea para satisfacer el morbo o para intentar romper los récords que se vayan imponiendo. También hay quien se inventa desafíos especiales, como terminar algún título con los ojos vendados. Esto va más allá del juego como tal, por lo que sin duda resulta interesante. Te dejo el video:

Nuestro bolsillo lo agradece

Cuando no contábamos con la Internet, la información que se podía consultar antes de hacer sangrar la cartera por un título era escasa. Como mencioné en otro artículo, las opciones eran las recomendaciones de boca en boca o ciertas publicaciones impresas. En muchos casos la única información que teníamos eran las imágenes en el anverso y reverso de la caja, de modo que al momento de jugar podíamos llevarnos (y nos seguimos llevando) grandes decepciones. ¿Recuerdas la infame portada del primer Mega-Man para NES? La franquicia se convirtió en un referente, pero esa imagen no le hizo nada de justicia. Además, el sujeto portaba una pistola. Una pistola. Creo que no hay más que decir. Las portadas cuadriculadas del Sega Master System eran minimalistas pero crueles. Hoy, con la posibilidad de ver el juego corriendo y escuchar la retroalimentación de quien lo está jugando, podemos hacer compras más inteligentes. No estamos exentos de dejarnos llevar por la pasión y comprar compulsivamente, pero por lo menos somos enfermos informados. Desde la perspectiva de los desarrolladores, la existencia de estas herramientas no es tan gratificante, ya que, según ellos, las ventas de sus títulos se ven afectadas. Yo más bien lo veo como un muy buen escaparate para que más gente se anime a comprar el juego, sobre todo porque, si de verdad te gusta y lo quieres, haces todo lo posible por tenerlo.

¡Necesito ayuda!

Algunas veces he tenido la curiosidad de saber cómo rayos alguien ha podido pasar tal o cual nivel o descubrir tal o cual secreto, sobre todo después de haberle dado mil vueltas. Puedo leerlo en algún lugar, pero hay casos en los que la referencia en video se hace indispensable. Aunque la guía de Super Metroid que solía consultar era muy buena, las imágenes en movimiento para complementar las instrucciones escritas hubieran sido de gran valor. Incluso con The Last of Us tuve un bloqueo mental en la parte en la que… bueno, una escena en la que hay que nadar, para no hacer spoilers. Un video en YouTube me ayudó a seguir avanzando en ese caso. Recientemente volví a jugar Demon’s Crest y hasta hoy no he podido derrotar al Dark Demon a pesar de haber visto varias veces con asombro, y cierta envidia, un video en el que alguien lo vence sin recibir daño (ay sí, ay sí).

Un recurso valioso

El consumo de contenido de videojuegos en YouTube y otras plataformas, específicamente de partidas y no tanto de análisis y comentarios, aumenta día con día. Hasta hace poco, el canal de PewDiePie, dentro del cual destaca el contenido gamer, era el que más suscriptores tenía en el mundo. Fue desbancado por T-Series, cuyo enfoque está en el cine Bollywoodense y su música. Al ver esto, el UK Independence Party (UKIP) le dio su apoyo al YouTuber sueco con la intención de recuperarse en la llamada guerra de los suscriptores. Al momento de escribir este texto, PewDiePie tiene 98,790,585 seguidores contra 107,817,129 de T-Series, así que la ventaja sigue siendo mucha. Esto nos habla del impacto que tiene la industria gamer y de su función como un medio de entretenimiento tanto activo como pasivo. Más que criticar o empeñarnos en determinar si es algo positivo o negativo, debemos valorar la herramienta y usarla según nos convenga. Sin embargo, nada se compara con la experiencia de primera mano.

¿Te gusta ver a alguien más jugar o prefieres hacerlo tú? ¿Por qué crees que se consuma tanto este tipo de contenido? Cuéntanos en los comentarios.

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