Faker entra rápidamente en el elevador cargando la Copa del Invocador. No tengo tiempo de sacar la cámara o de decir algo. Es bajo y delgado. No tiene dificultad para sostener el trofeo. Pienso en las hormigas que cargan varios cientos de veces su propio peso, pero Faker es otro cuando juega League of Legends; en Corea es conocido como “el rey demonio inmortal” y en Occidente, simplemente como “dios”.
Minutos antes, Faker y el resto de SK Telecom T1 ganaron el Campeonato Mundial de League of Legends luego de una complicada serie contra Samsung Galaxy. En el primer juego, Faker, carrilero central de SKT, dominó a Crown, su contraparte en el equipo contrario, y dio la ventaja a su equipo gracias una definitiva perfecta de Orianna, que produjo un doble asesinato, y al dominio de su posición, que posteriormente permitió a su equipo obtener una importante bonificación al destruir la primera torre enemiga. Esto significó una ventaja de oro sustancial que nunca dejaron ir. Como es característico de SKT, ahogaron al rival lentamente hasta acorralarlos dentro de su base y terminaron la partida con la enorme presión de su macrojuego.
Pienso en el día anterior. En la conferencia de prensa, Faker, Bengi y kkOma se sentaron al lado de Crown, CoreJJ y Edgar, de Samsung Galaxy. Los jugadores coreanos por lo general son respetuosos, pero noté varias sonrisas, indirectas y críticas directas entre ellos. A quien más recuerdo es a Bengi, jungla de SKT, cuando dijo que Samsung Galaxy había tenido un proceso de clasificación mucho más sencillo que el suyo. En mis grabaciones de la conferencia escucho también a una reportera preguntar a Faker si tendría un hijo con ella; siento vergüenza y pienso qué ocurriría si un reportero dijera lo mismo a una deportista. La pseudoperiodista, no contenta con eso, también preguntó cuánto dinero invierte Faker en su cuerpo. La respuesta es tajante: “Aquí no consideramos el físico tan importante. No invierto mucho dinero en mi cuerpo. ¿Es la respuesta que querías?”
Sospecho que algo se pierde en la traducción del coreano al inglés. Muchas respuestas son duras y directas. ¿Cómo liberan el estrés de la competencia? “La mejor forma de liberar el estrés es ganando” —responde kkOma, entrenador de SKT—. CoreJJ, soporte de Samsung, por su parte dice sin rodeos que viven su vida al máximo, pero que desean descansar cuando termine el mundial. Siempre se habla de esa enorme brecha de habilidad entre los equipos coreanos y el resto del mundo. No es un enigma el porqué de ella: una infraestructura madura, más interés de patrocinadores y una mentalidad profesional son la clave. Los jugadores coreanos se dedican en cuerpo y alma al juego. De vuelta al elevador, un periodista coreano pregunta a Faker si puede tomarle una foto. No pude quitarme, así que salgo atrás del tricampeón mundial. Pienso en cómo mi rostro anónimo aparecerá en algún sitio de eSports del otro lado del mundo. Qué más da. Intento sacar mi celular y robar una foto con él, pero los nervios pueden más que yo y me quedo inmóvil. No se ve muy distinto a otros seres humanos, después de todo.
En los mundos virtuales somos libres de ejercer nuestro verdadero yo
Zizek dice que, frente al lugar común de los videojuegos como un escape donde podemos ser todo lo que no somos en la vida real, él prefiere pensar que justamente en los mundos virtuales somos libres de ejercer nuestro verdadero yo. En el segundo juego Faker demuestra por qué lo llaman el rey demonio inmortal: juega con Ryze. Antes de seguir, debo explicar qué significa esto. Durante todo el campeonato, los equipos rivales de SKT gastan uno de sus 3 bloqueos en ese campeón. “Nadie a visto a Faker jugar a Ryze desde que fue relanzado,” —comenta uno de los locutores— “lo bloquean por la historia que tiene el carrilero central de SKT con el personaje.” ¡Y vaya que tiene historia! Faker utiliza el aspecto de Faker, que él mismo obtuvo como premio luego de ganar el campeonato mundial del año pasado. No todos los días vemos al campeón del mundo utilizar a uno de sus personajes más emblemáticos en la final y con su propio aspecto personalizado. Si además tomamos en cuenta que casi nunca utiliza aspectos, el suceso es todavía más significativo. SKT es frío y calculador: derrotan rápidamente a Samsung Galaxy. El primer equipo en ganar 3 partidas gana la Copa del Invocador; la gente en el Staples Center se volteaba a ver. “Quizá queden 3 a 0”. Hasta el momento, en la historia de los mundiales, SKT sólo había perdido 1 sola partida en todas sus finales disputadas. Entonces ocurrió el tercer juego. El tercer juego.
Crown, carrilero central de Samsung, escogió a Aurelion Sol, un dragón capaz de controlar áreas del juego y armar emboscadas fáciles gracias a su movilidad. Para algunos, este campeón es la kriptonita de SKT. Durante los primeros 29 minutos, sin embargo, parecía que Samsung estaba acabado. Entonces ocurrió lo inesperado. En la disputa por matar al Barón, el esbirro neutral más importante del juego, SKT perdió a 3 miembros. El estadio se volvió loco.
It's not over yet: Samsung Galaxy pick up 3 kills! #Worlds https://t.co/07ZdYWWnkM
— LoL Esports (@lolesports) October 30, 2016
Para el público, acostumbrado a ver ganar a SKT, fue un momento emocionante. Durante los siguientes minutos de juego, la tensión fue tremenda. Samsung aprovechó lenta y sistemáticamente errores en el rival. Cuando el reloj de la partida marcó 71:15 minutos, el Nexo de SKT se derrumbó. No sólo fue la partida más larga de todo este mundial, sino también una de las más emocionantes. Los 2 equipos lucharon hasta el último segundo por esa victoria. Nos íbamos al juego IV: una nueva esperanza.
Quien ha jugado una partida de más de una hora en League of Legends sabe lo agotador que puede ser y también que, si pierdes, su efecto anímico es tremendo. No imagino lo que sintió SKT en ese momento bajo toda la presión de ganar el campeonato. Los efectos del desgaste fueron evidentes en el cuarto juego. Por otro lado, Ambition, jungla, y CuvEE, carrilero superior, de Samsung dieron una de sus mejores partidas. El estadio vitoreaba el espectáculo: SKT no podía detener el efecto de bola de nieve que Samsung produjo a partir de sus ventajas iniciales. Así, se convirtieron en el primer equipo en forzar una serie a 5 juegos en una final del mundo contra SKT. Todo se decidiría en la quinta partida.
Samsung comenzó bien. Emboscaron a Faker, Bengi, quien regresó como jungla de SKT, se arriesgó intentando robar el Espino Rojo y lo mataron. Todo lucía de maravilla y Samsung se disponía a ejercer su dominio cuando pasó lo que ocurre en el episodio V: el imperio contraatacó. Ruler, tirador de Samsung, intentó iniciar un combate, pero su equipo estaba mal posicionado. SKT acabó con él y procedió a hacer lo que hace mejor: explotar al máximo el error más ínfimo del rival. Inmediatamente obtuvieron el Barón, luego el Dragón ancestral y convirtieron ese pequeño desliz del rival en un efecto bola de nieve que creció y creció hasta que Samsung ya no tenía ventaja de oro ni de torres. Quizá puedes voltear el juego una vez contra SKT, pero nadie lo ha hecho 2 veces. Así, por primera vez en la historia de League of Legends, un campeón del mundo lograba defender su título. Bengi y Faker, por otro lado, se convertían en leyendas al ganar la copa por tercera vez, mientras que Wolf y Bang la obtenían por segunda ocasión.
Todo esto pasó antes de que Faker subiera al elevador. Si han sufrido un silencio incómodo, imagínense pasarlo al lado de una leyenda del gaming competitivo. La conclusión de toda mi experiencia en el mundial de League of Legends era ésa: estar parado al lado de un coreano diminuto que sostenía la Copa del Invocador. Recordé a Zizek e intenté mirarlo de reojo. Reconocí su temple calmado. Si, como mero espectador, yo era un manojo de emociones, no imagino toda la tensión y ansiedad que Faker experimentó. Sin embargo, ahí estaba, sereno, relajado y feliz. El equipo de seguridad a su alrededor, en cambio, gesticulaba desesperadamente mientras el elevador descendía y se acercaba el piso donde bajaríamos.
Antes de la semifinal, el mundo repetía el lugar común de la supremacía de Corea en este eSport. Pienso más en la dictadura de SKT. Para poner en contexto su dominio, sólo imaginen que en su primera participación ganaron 3-0 contra Royal Club, un equipo chino, y el año pasado arrollaron a KOO, ahora conocidos como ROX Tigers, con un 3-1. La brecha se está cerrando, pero entre SKT y el resto del mundo.
Brandon Beck, cocreador del juego, comentó en la conferencia de prensa previa al encuentro que los eSports están en una etapa temprana, casi como los precarios días de cascos de piel de la NFL. Mencionó otros juegos legendarios para la escena como StarCraft o Quake. Jarred Kennedy, director de eSports de Riot Games, señaló que League of Legends es un deporte verdaderamente global, pues cuando los demás surgieron, como el futbol, el mundo no estaba tan conectado. Me cuesta trabajo pensar en otra disciplina con un dominio tan uniforme en todo el mundo. Y es que los eSports son superiores a los deportes tradicionales porque todos podemos competir bajo las mismas condiciones de los profesionales. Seth Killian escribió un artículo fantástico al respecto: “De eso se trata en realidad el amor por un juego. Es jugarlo —realmente comprenderlo desde adentro— lo que hace esa conexión real.”
League of Legends es un deporte verdaderamente global
Es fácil distinguir qué hace especial a un deportista común y corriente: Phelps tiene unos brazos desproporcionados y una espalda poderosa; Bolt es alto y muscular como un guepardo; Messi parece diseñado para las carreras explosivas y los giros abruptos. ¿Pero qué pasa cuando el deporte es mayormente mental? Bajo del elevador. Volteo a ver a Faker por última vez. No sonríe. Mira fijamente la nada, como en un trance. La copa relumbra en sus anteojos. Las puertas cierran. El mundo vuelve a la normalidad. La gente sale feliz del estadio. Aunque estoy en un país extranjero, todos lucen normales: sus preocupaciones son el trabajo, elegir qué cenarán esa noche, su vida amorosa y familiar. Pero Faker comparte el semblante de otras leyendas, dedicadas en cuerpo y alma a su arte. Borges era libros; Schopenhauer sólo pensaba en su filosofía; Hokusai quería vivir 1000 años para poder dibujar la forma verdadera del mundo; los hermanos Gracie soñaban jiu-jitsu; para Pelé, la cancha era el universo. Faker vive para League of Legends.
El gaming es joven. Faker forma parte de una élite de jugadores que han dominado la escena competitiva de sus respectivos juegos. Recordemos a Lee Young Ho, también conocido como Flash, quien fue el rey de la escena competitiva de StarCraft durante mucho tiempo. ¿Sus apodos? “Jefe final”, “el arma definitiva” y “dios”. Daigo “la Bestia” Umehara, por otro lado, fue el rey indiscutible de Street Fighter y es el protagonista de uno de los momentos más memorables en la historia de los eSports. No podemos olvidar tampoco a otras figuras como SlayerS_BoxeR, Fatal1ty o Moon. Los eSports son lo mejor que le ha pasado al gaming porque permiten que haya jugadores dedicados en cuerpo y alma a perfeccionar sus habilidades y asombrar al mundo. Ni siquiera se trata de legitimar los videojuegos, sino de explorar los límites de nuestra capacidad en una disciplina. Donde otros ven una pérdida de tiempo, nosotros vemos proezas, dinastías, héroes, belleza escondida en una jugada imposible, genialidad, complejos artefactos que vale la pena comprender íntimamente, cultura y la forma expresión humana más compleja que hemos creado. Vivan los eSports. Viva el gaming.
Faker se subió al elevador con nosotros! Gran forma de despedir #worlds pic.twitter.com/44zepSJGMe
— Angielo Martínez (@AngieloRkO) October 30, 2016
Comentarios
Mejores
Nuevos