En días recientes, EA nos invitó a jugar Battlefield 1 a sus oficinas de California. Luego de jugar durante poco más de 15 horas nos llevamos una impresión mayormente positiva sobre la nueva apuesta de una de las franquicias más queridas por los fans de los FPS. Primero hablaremos de la campaña —en concreto, del prólogo “Storm of Steel” y del primer capítulo “Through Mud and Blood”— y, después, dedicaremos algunas palabras al multijugador.
Lleno de detalles
El prólogo establece el tono general del modo para un jugador: distintos episodios, cada uno dedicado a un personaje emblemático de la Primera Guerra Mundial. En Storm of Steel encarnaremos a distintos soldados durante una batalla perdida. En lugar de volver a aparecer después de morir, simplemente tomaremos el lugar de alguien más. Así ocurrirá hasta que ya no queden soldados. Jugamos en una computadora que podía correr Battlefield 1 en Ultra y, francamente, lucía espectacular. Si el multijugador era sorprendente, en la campaña los efectos atmosféricos como la bruma, la lluvia o los reflejos del Sol lucían fotorreales.
El juego está lleno de detalles que nos sumergieron en la guerra. No es una frase que quieras escuchar a menudo, pero nos sentimos librando una batalla caótica donde lo que menos importaba era salvar la vida. El azar reina en el campo de batalla total: balas perdidas acaban con la vida de tus compañeros, un tanque puede aplastarte, una granada puede estallar, una carga de artillería de tus propios aviones quizá te mate, etcétera. La idea del prólogo es ejemplificar esta sensación de violencia súbita seguida de la nada de la muerte. Battlefield 1 se preocupa por ser verosímil: el humo, el clima y el polvo afectan la visibilidad, si usas una máscara antigas no puedes apuntar, los soldados hablan en el idioma de su país, todo se destruye, los rieles de los tanques acarrean lodo según el terreno que recorren… básicamente, siempre que es relevante para el juego, el entorno reaccionará. Por ejemplo, pensamos en la primera historia que el juego desarrolla, Through Mud and Blood, y en cómo los tanques aplastan las alambradas y pasan sobre las trincheras como sin nada —también destruyen muros y derriban casas—. Dispara un cañonazo a las aspas de un molino y quizá sus escombros aplasten a los enemigos debajo. Si vas en un tanque, podrás repararlo sin exponerte, pero salir te permite hacerlo con más velocidad, aunque también es más peligroso.
Imaginamos que es dificilísimo retratar un conflicto bélico tan complejo como una guerra mundial. En especial, tomamos en cuenta que la primera cambió para siempre los campos de batalla: los tanques hicieron su aparición masiva, los aviones cambiaron las tácticas y el rol de los caballos fue muy distinto. En Battlefield 1 todo esto se siente: sobre todo en el multijugador, pero en la campaña podrás utilizar todos estos recursos viejos nuevos. Por el momento, sólo podemos hablar de Through Mud and Blood el primer capítulo, así que explicaremos un poco su ritmo, mecánicas y desarrollo.
Disfrutamos la variedad de objetivos
Cada uno de los capítulos de la campaña de un jugador de Battlefield 1 está dedicado a un personaje importante. Aquí asumiremos el rol de un chofer que termina siendo un conductor de tanques en la guerra. Eso significa que la trama gira en torno a nuestro querido vehículo blindado. Disfrutamos la variedad de objetivos y el ritmo: a veces deberás manejar y aplastar todo lo que se mueva; en otras ocasiones, defenderás a tu tanque si se queda atrapado; las menos, tendrás que infiltrarte para obtener repuestos o preparar el camino. Quizá lo que menos nos gustó fue cuando debimos buscar en una villa algunas válvulas, aunque debemos admitir que el mapa de juego se amplió muchísimo de forma que parecía un pequeño mundo abierto. En todo momento, la calidad gráfica del juego se mantuvo impresionante. Disfrutamos mucho el primer episodio de la campaña, aunque nos da algo de miedo que sea difícil generar empatía con el jugador con tantos cambios de protagonistas. No se pierdan a continuación un video con la primera hora de juego.
Modo Operaciones
Ahora vamos al multijugador, que fue lo más importante del evento y al apartado al que dedicamos más tiempo. Por ahora, podemos hablarde 4 modos —Conquest, Rush, Operation y Domination—. Pero nos concentraremos en Operation u Operaciones en español, pues es el que más jugamos y donde los desarrolladores pusieron más énfasis. Para los demás, no se pierdan nuestra reseña en los próximos días.
Operaciones es un modo de largo aliento. Una partida puede durar más de una hora. Básicamente, es una recreación de batallas emblemáticas con todo lo que esto implica: tomar territorio, defenderlo, retroceder, reagruparse, adentrarse en nuevas zonas, etcétera. Aquí se enfrentarán 64 jugadores divididos en 2 equipos: los defensores y los atacantes. De un mapa a otro, atravesarás distintos terrenos, que implican estrategias también diferentes, y lucharás encarnizadamente en escenarios basados en batallas reales de la Primera Guerra Mundial. La escala y la sensación de Operaciones es épica, grande, importante y caótica: verás sobrevolar aviones, pasar a tu lado tanques, dirigibles gigantes, valerosos soldados a caballo e infantería.
Un modo de largo aliento
El estilo de juego es muy distinto al de otros modos, pues aquí debes pensar en el largo plazo. Los defensores deben eliminar una cantidad definida de atacantes para ganar, mientras que estos últimos tendrán que controlar distintos puntos defensivos en cada sector del mapa. Cuando lo consigan, los defensores deberán replegarse y reorganizar sus defensas en el próximo sector. Lo interesante es que no son meras batallas sólo porque sí, sino que la capa histórica de los enfrentamientos reales está ejemplificada con un video introductorio que explica los puntos de interés del mapa y la importancia de la batalla que estás a punto de librar. Al avanzar al siguiente mapa verás el pasado a tus espaldas. Pensamos en St. Quentin Scar, por ejemplo, y cómo si atacas comienzas en unas trincheras, pero a medida que consigues avanzar, te aproximas a una villa, un monasterio y un jardín, prácticamente intactos… hasta que tus tanques de guerra comienzan a destruir todo.
Este modo de juego requiere de un esfuerzo colectivo. Para ayudar a los jugadores a organizarse, cada equipo está dividido en pelotones. Deberás coordinarte con tus compañeros si no quieres que tus esfuerzos se sientan inútiles frente al abrumador caos del campo de batalla masivo. Podríamos considerar algo negativo que a veces, a pesar de los pelotones, tus esfuerzos se sienten insuficientes. La escala es tan masiva y tantas cosas ocurren a cada momento que tus acciones se pierden como lágrimas en la lluvia. Ciertamente, a veces podíamos tomar un rifle de francotirador y tener una buena racha o subir al caballo y matar unos cuantos soldados, pero a veces matar enemigos importa tan poco que terminas perdiendo por no tener disciplina para perseguir y controlar objetivos. En el caso de la defensa, nos pareció injusto que a veces los atacantes obtenían un globo aerostático que les facilitaba la tarea de ataque.
A pesar de las quejas debemos decir que Operaciones tiene un sentimiento muy distinto a cualquier otro multijugador que hayamos disfrutado. Se siente más cercano a como imaginamos una guerra real: con muertes absurdas, caos, un terreno de batalla que siempre cambia, un avance lento y progresivo o una defensa en la que es importante replegarse. Las explicaciones antes de cada mapa además aderezan la experiencia con datos verídicos sobre lo que ocurrió en cada lugar.
Operaciones tiene un sentimiento muy distinto al de cualquier otro multijugador que hayamos disfrutado
Los desarrolladores se enfrentaron al reto de implementar vehículos nuevos que en realidad son tecnología de hace 100 años. Los aviones tienen un control muy especial. Hay algunos modelos en los que es posible cambiar de una ametralladora a otra, lo que implica una animación de tu personaje atravesando el vehículo en una peligrosa maniobra. Los caballos son una fuerza capaz de desestabilizar las líneas traseras del enemigo, pues se desplazan rápidamente y tienen un ataque cuerpo a cuerpo que mata de un solo golpe. Los tanques son fortalezas móviles capaces de dirigir un ataque, modificar el terreno, crear nuevas coberturas y destruir las del enemigo. Además, tienes clases para la infantería que cumplen distintos roles en el campo de batalla. Utilizamos al explorador y nos gustó mucho el peso de los rifles de francotirador y todas las opciones que tenía para poder contribuir a nuestro equipo. Como en juegos anteriores, puedes modificar tu equipo según tus preferencias. También puedes personalizar tus armas cambiando su mira, apariencia y añadiendo elementos como bayonetas.
La destrucción del juego es sorprendente. Puedes utilizar un agujero de bomba para cubrirte, derrumbar casas enteras, muros, búnkers y árboles. El campo de batalla es prácticamente otro una vez que has librado una batalla en él. Esto mantiene cada mapa interesante y único. Pensamos en Amiens, por ejemplo, que son unos suburbios que se transforman de acuerdo con tus movilizaciones de vehículos blindados, bombarderos y demás.
Battlefield 1 es la expresión máxima de la guerra tradicional. Sin tecnología, drones y trajes extraídos de la ciencia ficción, lo que queda es estrategia y coraje puros. Jugarlo fue vivir un sueño lúcido de glorias del siglo pasado: caótico, terrible, de trincheras claustrofóbicas, bayonetas, máscaras de gas, de caballos tardíos, buques de guerra, desiertos, montañas, villas, alambre de púas. Sí, es Battlefield a fin de cuentas, pero novedosamente antiguo y más real que nunca.
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