¿Cuánto vale Super Mario Bros. 3? La pregunta no tiene respuesta. Mejor dicho: no hay respuestas equivocadas ni correctas. Para un niño en 1990, quizá es inestimable, pues no tenía dinero propio para pagar los $49.99 USD que costaba. Maldición: esos dólares ni siquiera valen lo mismo hoy en día gracias a la inflación. En los noventas, los juegos costaban $100 USD modernos. Y ya que saltamos al presente, un Super Mario Bros. 3 nuevo y cerrado tiene un precio de $149.95 USD. ¡Ah! Pero si no te importa que esté abierto, sólo te costará $31.99 USD. Y ya si te vale cómo venga el juego con tal de disfrutarlo y sólo quieres el cartucho sólo necesitarás pagar $14.50 USD. Llegamos a otra complicación: ¿dónde vives? En tu país quizá un dólar valga más o menos…
No termina ahí. Seré indiscreto. ¿Cuánto ganas al mes? Bueno, antes de preguntar eso… ¿trabajas?, ¿tus papás tienen dinero? Continúo: ¿qué tanto te importan los videojuegos?, ¿juegas sólo títulos con campaña?, ¿prefieres multijugador?, ¿tienes un NES?, ¿te gusta Nintendo? Así, podría construir un perfil de cada persona que responda a la pregunta de cuánto vale Super Mario Bros. 3 y tendría que el valor que tiene el título es distinto para cada persona. En mi caso, tengo una copia firmada por Shigeru Miyamoto y no la vendería nunca (aunque su precio en el mercado tampoco es muy alto que digamos).
¿Cómo decide una compañía de juegos cuánto va a costar su nuevo lanzamiento?
Si todo esto es tan complejo, ¿entonces cómo decide una compañía de juegos cuánto va a costar su nuevo lanzamiento? Es fácil: fijan el precio más alto que ellos piensen que la gente está dispuesta a pagar por el producto. Antes de despotricar contra la avaricia de las grandes corporaciones, debemos reflexionar que así funciona nuestro sistema económico. Esto funciona tanto de forma positiva como negativa. Recordemos el caso del PlayStation 3, el Xbox One o prácticamente cualquier consola moderna que no sea de Nintendo: en su lanzamiento, producirlas costaba más que su precio al público. ¿Qué quiere decir esto? Que Sony y Microsoft sabían que la gente no pagaría más de X cantidad de dólares por sus sistemas. Entonces tomaron la decisión de perder dinero y ganarlo de otra forma. La enseñanza se resume en que jamás compras un producto o servicio por su precio justo, pues es determinado por un montón de factores que no dependen de ti.
Tomemos como ejemplo el reciente Battleborn, que fue lanzado a $60 USD el día 3 de mayo de 2016. A poco más de un mes, el título cuesta $40 USD. ¿Es eso “justo” para las personas que lo compraron en su lanzamiento? La respuesta no importa, pues esa gente en su momento decidió que la experiencia valía ese dinero. Tiempo después, factores externos o las mismas ventas del título dejaron claro a la compañía que lo publica que los compradores potenciales no estaban dispuestos a pagar esa cantidad por él. La solución: bajar el precio al máximo posible. En este caso en particular, irónicamente el causante de todo esto probablemente fue Overwatch, un juego que fue duramente criticado por la cantidad de contenido que tenía en relación a su costo en ciertas plataformas.
La pregunta del millón: ¿debe el precio de un juego afectar su calificación? La respuesta es un rotundo NO. El argumento detrás de esta postura son los primeros párrafos de este artículo: ¿por qué algo tan subjetivo y variable debería afectar la evaluación objetiva de un videojuego? La función de una reseña debe ser describir y analizar la calidad de un título. El jugador debe tomar eso en cuenta y decidir con base en su propia situación financiera y prioridades si el precio que piden las tiendas por él vale esa experiencia. El caso de Overwatch es sumamente útil porque en PC había una versión de $40 USD disponible. Así, en países donde la PC es una plataforma más dominante, hubo pocas quejas al respecto, mientras que regiones consoleras con economías en desarrollo ardieron en quejas.
De igual forma, $60 USD no es lo mismo que $60 EUR o $1200 MXN. Cada país libra una batalla frente al dólar y hay monedas mucho más débiles que otras. ¿Cómo tomar en cuenta el precio como un factor negativo en una reseña? Si siguiéramos esa lógica, habría que actualizar los análisis con cada rebaja de precio, cada vez que el peso mexicano u otra moneda pierda valor frente al dólar… simplemente no tiene sentido. ¿Qué pasa con los juegos free-to-play? ¿Con Games with Gold o los juegos gratis de PlayStation Plus? ¡Ah! Y lo mismo ocurre a la inversa: si un juego es muy barato, pero tiene mucho contenido, ¿merece mejor calificación? Hay títulos para iOS que cuestan $16 pesos: ¿merecen un bono extra de puntos? Así, la postura más honesta, objetiva y libre de factores externos para juzgar un videojuego es no tomar en cuenta su precio de venta al público para determinar su calidad.
Habría que actualizar los análisis con cada rebaja de precio...
Como editor de un sitio de videojuegos, me importan demasiado como para preocuparme por su costo. En cierto sentido, cometo los mismos crímenes de un “hardcore” y compro lo que quiero porque me gusta, sin tomar mucho en cuenta su precio. A veces lo hago para apoyar al desarrollador, como ocurrió con un Kickstarter de Jason Rohrer: adquirí la versión más cara que pude pagar, pues me gusta su trabajo. En ese caso ni siquiera importaba qué juego fuera: quería darle mi dinero a Rohrer. De la misma forma, retiré mi apoyo a Mighty No. 9. También he comprado con mi dinero juegos que he reseñado y que pude disfrutar sin pagar nada. Quizá pagaría $3000 pesos por una copia completa y nueva de Super Mario RPG, pues perdí el manual y es uno de mis juegos favoritos de toda la vida. ¿El título en sí vale esa cantidad de dinero? Para mí sí, y puedo entender que otros piensen que estoy loco, pero así funciona el mundo. Nos gusta pensar que los precios son fijos y que el valor de nuestro dinero siempre es el mismo, pero la realidad es que todo es tremendamente variable. Juegos que en su lanzamiento no costaban más de $40 USD hoy en día se venden en miles de dólares. Los juegos de la generación pasada se han devaluado y ahora son baratos y accesibles. Y digo esto último mordiéndome la lengua: ¿baratos y accesibles para quién? Un jornalero que vive con el salario mínimo probablemente no podrá costear un videojuego de $300 pesos. Alguien que tiene que luchar por comer todos los días preferirá comprar comida para 3 meses que el último Call of Duty o FIFA. Es más, probablemente tú mismo has hecho algo como esperar a que pasen unos meses antes de comprar un videojuego: lo hiciste porque en su lanzamiento, por múltiples razones, no considerabas que valiera su precio inicial. Y probablemente no te importó pagar exactamente lo mismo por un juego de tu franquicia favorita el día que salió a la venta o, mejor aún, compraste la edición especial que cuesta el doble o el triple.
Desgraciadamente, en el caso de Overwatch parece que Blizzard hizo lo correcto al fijar el precio del título en $60 USD en ciertas plataformas. A una semana de su lanzamiento, vendió 7 millones. Eso significa que todas esas personas juzgaron que valía la pena gastar esa cantidad por la experiencia que ofrecía el título. Conozco amigos que lo compraron 3 veces: en Xbox One, la edición especial para PlayStation 4 y la edición de $40 USD en PC. De la misma forma, sé de personas que no estuvieron de acuerdo en gastar esa cantidad por un juego sin campaña: el multijugador no les interesa y sólo quieren un título para una persona que puedan disfrutar. Un cursi lugar común dice que cada cabeza es un mundo y, con el lanzamiento del último juego de Blizzard, noté que es verdad. En Internet hubo varios paladines “defensores” de los derechos de los consumidores que llamaron a castigar al juego en calificaciones por su precio; sin embargo, me queda muy claro que sólo buscaban generar visitas, polémica y arena. Convertir todo en un linchamiento mediático sin duda es una buena forma de autopromoción. El problema es que más que buscar “justicia”, desean que su particular prioridad de valores para definir qué tanto debería costar un título se imponga. Leí un argumento tan ridículo como el de una lista de características que los juegos de $60 USD debían tener para justificar su precio. Me pregunto si en esa lista incluía la diversión como lo más importante... Espero que sí. Me importan mucho los juegos como para empezar a exigir que todos los lanzamientos AAA sean clones de Call of Duty: campaña, multijugador y hasta modo zombi.
¿Ese juego vale el tiempo que gastes en él?
Ahora un ejemplo cortesía de Icy Calm. Tomonobu Itagaki dijo “en una entrevista sobre Ninja Gaiden, mucho antes de su lanzamiento, que si hubiera dependido de él, hubiera hecho que el juego durara 2 horas en lugar de 20. ¿Puedes siquiera empezar a imaginar las posibilidades de esa decisión de diseño? (que un juego de 2 horas sea elaborado con el presupuesto de un título de 20).” En ese artículo, el autor concluye con una pregunta infinitamente superior a “¿ese juego vale lo que cuesta?”: ¿ese juego vale el tiempo que gastes en él? Ésa es la respuesta que, como críticos, debemos responder. No significa que esté prohibido mencionar el tema o señalarlo en la reseña (yo mismo lo he hecho), pero no debe ser tomado en cuenta para la calificación del juego. Es más un dato extra que algo que pueda ser tomado en cuenta para definir si el título es bueno o malo. En el caso de Overwatch las críticas se dividieron entre "debería ser un free-to-play" y "es muy poco contenido por lo que cuesta". Desgraciadamente, ambos argumentos son insostenibles: el valor del juego es distinto para cada quién. Quizá hay gente que lo comprará cuando cueste la mitad o que incluso esperará a que sea gratis para jugarlo. ¿Están mal? Por supuesto que no, pero esa decisión no tiene nada que ver con la calidad del juego. Es un factor externo. Sobre el contenido, en mi caso particular, está más que justificado el precio: llevo ya unas 80 horas de juego de diversión de alta calidad. Para alguien que no disfrute el multijugador competitivo, el título es caro, pero eso no significa que sea malo o de menor calidad: simplemente que busca otras características en un juego. Al final, 7 milllones de personas pensaron en la primera semana que el título tenía un precio justo.
¿Cuánto debe valer un videojuego? No importa si dura 300 horas como un The Witcher o 5 minutos como Passage: la pregunta que debemos resolver es si el tiempo que pasaste jugándolo vale la pena. Este artículo no es una defensa de Overwatch: es una defensa de todo el gaming en general. Critiquemos los juegos no con base en cantidad de contenido, precio y demás aspectos superficiales. Es mejor preguntar: ¿me divirtió?, ¿tiene un buen sistema de juego en comparación a otros del mismo género?, ¿la duración permite que desarrolle su potencial? El gaming es más que arte: no cometamos la vulgaridad de exigir cantidad y números a los juegos como si fueran una lata de mayonesa o un celular. Como consumidores y críticos debemos pedir calidad.
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