Nintendo en E3 2016: ¿el último continue?

Analizamos la crisis de la compañía ante el evento más importante del año


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Hace unas semanas nos enteramos de que Nintendo tendrá el E3 más extraño de la historia: habrá en él un sólo juego, The Legend of Zelda para Wii U; por primera vez en la historia, no habrá presentación alguna de su nueva consola en el evento a pesar de que ésta saldrá en menos de un año; no habrá conferencia alguna ni evento digital por parte de la compañía, y en su lugar sólo habrá un booth dedicado a Zelda en su totalidad y un stream de Nintendo Treehouse, los no muy queridos localizadores de la compañía que han sido sujeto de escándalo en estos últimos meses. Y al parecer, eso es todo: la compañía prefiere anunciar su nueva consola de manera independiente en algún otro punto del año, reservándose los juegos y posibles sorpresas que la misma traerá consigo para sus propios canales de comunicación.

La compañía prefiere anunciar su nueva consola de manera independiente

Lo anterior no tiene precedentes en la historia de la compañía y habla de una crisis profunda en la misma, que se hizo patente justamente hace un año, durante el E3 2015. Los que estuvimos en el evento y vimos la conferencia de Nintendo no podíamos dar crédito: un evento que se centró en la no demasiado popular franquicia Star Fox, en el que Reggie habló de la "transformación" mientras sacaba Amiibos con Skylanders, en el que Metroid era desacrado con un juego de futbolito y Amiibo Festival era la carta fuerte first party de fin de año. Después, vino lo peor: el fallecimiento de Satoru Iwata, visionario que logró arrancarle a PlayStation la corona de las ventas durante una generación. A partir de ese momento, Nintendo ha cambiado gradualmente: la compañía eligió a un nuevo director, Tatsumi Kimishima, y sacó su primera aplicación para celular, Miitomo. Incluso la compañía descartó el logo gris de la era Wii y volvió al rojo, el color utilizado durante su época dorada.

La debacle
La debacle

¿Por qué Nintendo dejará de lado el E3 de esta manera? Según explicó el propio Kimishima, la compañía apostará todo para el NX. Al parecer, uno de los errores fatales del Wii U fue la sequía de software y un lanzamiento sin juegos: esto será corregido aplazando todos los juegos del final de la vida del Wii U a la alineación inicial del NX. Un movimiento arriesgado y ciertamente perjudicial para los usuarios de Wii U, que han visto literalmente la muerte de su consola ante sus propios ojos sin poder hacer nada. Parece que la última gota de sangre del Wii U ha sido extraída en una transfusión directa a las venas del NX. Debemos decir que esta es la última traición a los early-adopters de dicha plataforma: hay fans que prometen no volver a comprar ninguna plataforma de Nintendo en su lanzamiento, y con el tratamiento que se dió al Wii U, tienen toda la razón.

Lo que estos movimientos por parte de Nintendo nos enseñan es que la compañía simplemente no puede permitirse un fracaso de la dimensión del Wii U bajo ninguna circunstancia. Dicha consola prácticamente tiró a la basura el ímpetu del Wii, que se apoderó del mercado de consolas y tomó por sorpresa a su competencia de manera inusitada mediante una tecnología mucho más barata que apostaba todo al cambio de interfaz y controles. En su lugar, una consola que muchos confundieron con un feo periférico destruyó la hegemonía de Nintendo en el mercado. NX sigue siendo un misterio, y lo será hasta fines de año a más tardar. ¿Apostará por nuevos controles, por integrar las portátiles, por el software? Las interrogantes son demasiadas y el E3 simplemente será un espacio en blanco, una obligación para Nintendo (noblesse oblige) pero no un canal para comunicar su estrategia anual, como lo había sido en entregas anteriores. En su lugar, todo el peso de las expectativas y del final de la vida útil del Wii U caerá sobre los hombros de un nombre que todavía impone algo de respeto en el gaming: Zelda.

¿Un sólo juego en booth?
¿Un sólo juego en booth?

Quizás los lectores no imaginan la magnitud del E3 en términos físicos: el Centro de Convenciones de Los Ángeles es un lugar absolutamente imponente, con 67,000 metros cuadrados únicamente dedicados a espacio de exhibición, sin contar oficinas, áreas comunes y estacionamientos. Hasta el año pasado, Nintendo era uno de los "3 grandes" por así decirlo: su booth es un enorme espacio dividido en 3 secciones en la Sala Oeste, junto con Sony y Microsoft. Ahora bien, pensemos esto: este año, Nintendo tendrá menos juegos en E3 que, digamos, microcompañías como Natsume. Es muy poco probable que todo ese espacio esté dedicado solamente a un juego (ya quiero saber cómo estará distribuído el espacio esta vez), pero es como si Zelda lo ocupara al menos en símbolo. Una locura. ¿Habrá un booth gigante con puras estaciones de juego dedicadas a Zelda, aparte de una sección cerrada donde la prensa llevará a cabo sus sesiones de juego especiales? Sólo podemos especular, pero queremos señalar que esto es lo más extraño e inusual que hayamos visto en un evento como este, quizás en toda su historia: un show entero dedicado a un sólo juego por parte del tercer fabricante de consolas más grande actualmente, y el que tiene más importancia histórica.

Este año, Nintendo tendrá menos juegos en E3 que, digamos, microcompañías como Natsume

En cuanto al juego en sí, las posibilidades son interesantes, por decir lo menos. Nintendo, como en muchas ocasiones recientes, ha llegado tarde a las tendencias más avanzadas del desarrollo de juegos; en este caso, los llamados "mundos abiertos". Por supuesto, dichos mundos no son realmente abiertos, como hemos mencionado en otros análisis (es imposible que lo sean de hecho, y muy difícil que lo sean de manera "práctica", con la excepción de Minecraft), pero sí son escenarios masivos en los que se busca una progresión no-lineal, dinámica, lejos de la filosofía que dominó desde inicios del 3D, cuando todos los juegos eran simples pasillos glorificados. A pesar de ser pioneros del género de exploración (Metroid y el primer Zelda son ejemplos), por alguna razón Nintendo nunca rompió con esta filosofía, lo que es a todas luces una oportunidad desperdiciada (¿Te imaginas un Metroid que ocurriera en todo el planeta Zebes a escala gigante?). Zelda para Wii U es la ocasión para reparar ese error.

La hora de la verdad está por venir
La hora de la verdad está por venir

El gran problema de los mundos abiertos es por supuesto el hecho de que la cantidad masiva de contenido ha implicado en casi todos los casos diluir el diseño del juego, las mecánicas, la narrativa y los quests. Pocos juegos se han salvado y ninguno ha superado todos los objetivos. The Witcher 3 sin duda superó la prueba en cuestión de narrativa, inmersión y ciertos quests extremadamente memorables, pero al ser un CRPG las mecánicas de combate y el diseño de calabozos nunca fueron muy importantes. Fuera de él, otros juegos han tenido fortalezas y debilidades distintas. Nintendo ciertamente nunca hará nada demasiado interesantes en términos de inmersión y trama, pero sí puede lograr una revolución en el gameplay y diseño de calabozos y dungeons. Imagina esto: Link explorando un mundo masivo, intentanto encontrar el siguiente dungeon tal y como ocurría en el Zelda original, un juego diseñado no con la escala pero sí con la filosofía del mundo abierto actual, pues en él no existía una progresión definida y podías explorarlo en el orden que quisieras. Nintendo tiene en sus manos no sólo la oportunidad de regresar a sus raíces sino de aportar algo a la industria moderna, nada menos.

Sin embargo, en muchos otros sentidos las esperanzas que podemos depositar en Nintendo son pocas. El evento carecerá de una presentación propiamente dicha, excepto por el aborrecido Nintendo Treehouse, que durante este año ha sido sacudido por escándalos de todo tipo: por un lado pésimas traducciones y censura; por el otro, escándalos por la relación de la compañía con sus polémicos empleados. En todo caso, podemos prever que Treehouse será lo peor del evento como cada año. ¿Será lo único que ofrezcan? Si es así, se avecina otra catástrofe para Nintendo, y creo que muchos estarán de acuerdo conmigo en que Nintendo de América necesita una remodelación urgente.

A pesar de ser el E3 más pequeño de la historia para una compañía de su tamaño, el evento de Nintendo es un misterio en muchos sentidos. La verdad, morimos por saber cómo será el nuevo Zelda. También nos mata la curiosidad: ¿el asunto será un fracaso como el año pasado? ¿o habrá algo realmente épico y memorable que lo salvará a pesar de las negras nubes que se avecinan? ¿Kimishima seguirá oculto en su castillo samurai dirigiendo las cosas desde lejos? ¿En serio el aborrecido Treehouse será todo lo que presenten? Hay curiosidad tanto por parte de los haters, que se regocijarán por otro fiasco como el de las marionetas del año pasado, como por los fans, que esperan que Zelda sea el único rayo de esperanza en medio de tantas tinieblas. Pero, a diferencia de otros años, lo más importante es lo que está más allá. Los fans deben recordar que lo más importante está en el horizonte, fuera de E3. Pase lo que pase, lo más importante no estará allí. Así que sugieron a los fans de Nintendo relajarse: la hora de la verdad aún no ha llegado.

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