Decir que el Xbox One perdió el E3 es poco; la nueva consola de Microsoft fue atropellada por la competencia, y cuando la compañía intentaba recuperarse, parecía que sólo se hundía más, en lo que será recordado como un capítulo vergonzoso en la historia de Xbox.
Ahora bien, resulta ingenuo pensar que esto significa el final de la marca o de la consola como tal. Si algo nos enseñó la generación que está por concluir, es que ésta es una carrera de resistencia. Y aunque Sony ciertamente tiene ventaja en estos momentos, el propio PlayStation 3 demostró que la recuperación es posible, pues le dio alcance al Xbox 360 hace apenas algunos meses, tras años de estar por debajo en términos de ventas.
El asunto es que Microsoft ahora debe remar contra la corriente para reparar la maltrecha reputación de su consola y afrontar la competencia con humildad, pues la soberbia resulta inútil ante un mercado inteligente y enérgico. El primer paso ―y tal vez el más crítico― fue dar marcha atrás a las incómodas restricciones que aunque quizá de buena fe, terminaron por darle al Xbox One la imagen de sistema controlador y ávido de capitalizar con prácticas gratuitas y esenciales para la vida del videojugador.
Pero eso no basta. Microsoft cometió errores en su discurso corporativo, sus ejecutivos se expresaron con torpeza, la oferta sigue siendo excluyente y, por si hiciera falta algo más, el precio permanece como el talón de Aquiles de todo el paquete. Esas áreas necesitan atención inmediata y en ellas profundizaremos a lo largo de las siguientes líneas.
No más mentiras
Pocos días después de que Microsoft removió las restricciones DRM del Xbox One, salió a la superficie la carta de un empleado anónimo quien, supuestamente contribuyó al diseño del sistema, y que se decía triste por la forma en que la compañía había tirado a la basura su trabajo de años. Lo interesante del asunto es que el empleado fue más claro y directo que Microsoft. Echó luz sobre las pretensiones del Xbox One y algunas ventajas de la polémica estructura que la empresa fue incapaz de comunicar con éxito.
"Invertimos mucho tiempo peleando contra las negativas impresiones que mucha gente en los medios formó. Siento que si hubiéramos gastado menos tiempo en eso y más en explicar las sensacionales características que teníamos alineadas y las que teníamos en producción, tanto jugadores como medios hubieran compartido nuestra visión.", dijo el empleado y tuvo razón.
El texto expuso que Microsoft quería hacer del Xbox One una especie de Spotify de videojuegos, y detalló a fondo cómo funcionaría el servicio para compartir la librería de títulos, así como la red social integrada en el aparato. Microsoft no reveló esto de la misma manera cuando tuvo oportunidad y peor aún, sus ejecutivos fueron ambiguos a la hora de exponer las características de la plataforma. Esto generó rumores hasta que un infame comunicado en Xbox Wire vino a confirmarlos, cuando ya estaban rodeados por pesimismo.
"Ha habido reportes de un periodo específico, aquellas fueron discusiones de escenarios potenciales, pero no hemos confirmado ningún detalle hoy, ni lo haremos.", comentó Don Mattrick, exdirector del negocio interactivo de Microsoft, al referirse a la necesidad de conexión de 24 horas por parte del Xbox One el 22 de mayo. Y luego, el 6 de junio, la compañía indicó: "Con Xbox One puedes jugar offline hasta por 24 horas en tu consola primaria o una hora si estás conectado en una consola separada y accediendo a tu librería. Es decir, Mattrick ocultó información y, de hecho, insinuó que las hipótesis eran falsas, pero terminaron por ser verdaderas. Y ni qué decir del E3, cuando Mattrick afirmó que la alternativa para quienes no tuvieran conexión era el Xbox 360.
Pero el hoy director de Zynga no estuvo solo. El vicepresidente de Xbox, Marc Whitten, señaló durante la revelación del Xbox One, que la consola gozaría del soporte de 300 000 servidores dedicados; después Microsoft se negó a aclarar si se trataría de servidores reales o virtuales. "No vamos a meternos en tanto detalle aún.", declaró el gerente de programación de Xbox, Jeff Henshaw, durante el E3.
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