¿Por qué será que lo japonés despierta tanta curiosidad en muchos de nosotros? Tal vez se deba a que en aquellas regiones del mundo la cultura resulta ajena, sustancialmente diferente y un tanto excéntrica para el occidental promedio. Cargadas de colores vibrantes (o matices monocromáticos en términos impresos), un idioma sumamente ajeno y animación sofisticada, las producciones del tan afamado anime japonés invaden el panorama de entretenimiento editorial y televisivo en dosis torrenciales.
No lo suficiente para alarmarse, pues parece que la fascinación por dichas propuestas comienza a decaer, o por lo menos a frenar en intensidad, mientras que los superhéroes clásicos, aquellos que ilustran las páginas de los cómics desde hace décadas, han subido algunos peldaños en el podio de popularidad gracias a las constantes adaptaciones cinematográficas y en una virtuosa retroalimentación, al renovado interés del público por el mundo de las viñetas.
Este fenómeno afectó las convenciones de cómics de forma paralela, sobre todo en años recientes. Para los que no están enterados, antes de la década de 1990 las convenciones en México para fans de cómics, fantasía, ciencia ficción y temas relacionados con la cultura geek, eran un sueño salvaje que amenazaba jamás tocar los límites de la realidad; gracias al esfuerzo de un grupo de entusiastas y veteranos del medio editorial, se superaron todas las dificultades e impedimentos para comenzar una tradición que sigue hasta nuestros días, la de eventos enfocados en este tipo de entretenimiento.
Pero su época dorada ha pasado, apogeo que terminó con las últimas ediciones de CONQUE y MECyF en las que vimos desfilar figuras como Todd McFarlane, Stan Lee y el legendario Will Eisner, desde entonces la antes mencionada invasión japonesa ha secuestrado parte de la diversidad, dejándonos ante auténticos mercados en los que atracciones y actividades de interés general se han diluido en la vendimia.
En la Unión Americana la tendencia ha tomado otras vertientes, festivales como la Comic-Con de San Diego han estabilizado el balance temático, conservando su valor como escaparate para grandes anuncios, presentaciones y conferencias de importantes invitados. Estos eventos reúnen cada año fanáticos por cientos de miles, convocándolos de todas partes del mundo. En un intento por regresar a las viejas glorias e imitar, una vez más, el modelo norteamericano, este año tendremos un par de convenciones que regresarán su merecido lugar al medio de los cómics en nuestro país.
Sin ninguna relación con la edición estadounidense más que un simple denominativo, la versión Comic Con México pretendió promover el talento y proyectos Latinoamericanos. De acuerdo a Julio Moreno, director general del evento, Es el primer paso a algo mucho más grande. La intención es construir el escenario para talento gráfico y cinematográfico de Latinoamérica, una plataforma para lanzar proyectos. Al final, la convención logró cumplir algunas de sus metas, con los comprensibles errores que seguramente se corregirán en siguientes ediciones, pero es un hecho, servirá como punta de lanza para una nueva tendencia que inyectará frescura en esta clase de eventos.
Aderezando la convención, un par de invitados cedieron tiempo para conferencias y sesiones de preguntas, algunas especialmente para la prensa, de las cuales tenemos las entrevistas.
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