Crónica del ataque a PlayStation Network

El mayor tropiezo en la historia de Sony


Imaginemos cómo serían los videojuegos en la actualidad sin la existencia de Sony. En ese caótico universo alterno, seguiríamos usando cartuchos y en consecuencia adquirir una copia sería más costoso, mientras los gráficos 3D lucirían un tanto retrógrados; el único lado bueno es que no estaríamos tan familiarizados con el frustrante concepto de tiempo de carga, ni se desatarían salvajes discusiones sobre quién es el espartano más macho entre Kratos y Leónidas. Suena presuntuoso, pero es una realidad, fue piedra angular en la evolución de la industria del píxel. Revisemos el por qué.

Vanguardista tecnológico, el titán corporativo intentó incursionar en el ámbito de los videojuegos desde la década de 1980, librando toda clase de complicaciones, que incluyeron malas decisiones de negocios y una deteriorada relación con Nintendo, pero tras la confluencia de peculiares circunstancias y gracias a su privilegiada posición como el innovador autor del formato Compact Disc, lanzó en 1994 el PlayStation, consola propietaria que estaba construida con componentes que superaban sustancialmente el poder tecnológico de la competencia. “El cambio al nuevo tipo de almacenamiento de datos redujo los costos de manufactura, dejando un margen de capital más amplio para la producción y desarrollo de un título,” afirmaba algunos años más tarde el presidente presidente adjunto de Sony Corporation, Kaz Hirai. Cierto, sólo fue un paso más en la trayectoria, pero sin duda uno importante que sentó un precedente revolucionario, aunque como era de imaginarse, su hegemonía no perduraría por siempre.

El primer PlayStation
El primer PlayStation

El refinamiento en hardware que acarreó la PSX dejó fuera un elemento que, sea por falta de visión o subestimar relevancia, no aprovechó la explosión del Internet como fenómeno mediático, nos referimos, como deben suponer, al componente en línea. Se dice que la decisión de lanzar el Dreamcast en 1998 fue la que condenó a SEGA, pero independiente a las razones del fracaso, el mayor legado de la consola proviene de incluir entre sus características un moóem que permitía a los usuarios conectarse a una red de servicios dedicados en la que podían jugar competitiva y cooperativamente. SegaNet, como se etiquetaba a la plataforma online, tomó ventaja del auge de la red mundial, precediendo a los sistemas en línea que ahora son esa parte tan fundamental de la experiencia Xbox 360 y pertinente a nuestro tema, del PlayStation 3.

Explorando nuevas fronteras

Mientras Nintendo se enfocaba en apelar a una audiencia más versátil con su énfasis en lo casual, Microsoft y Sony prefirieron capturar al público veterano, ofreciendo entre su abanico de ofertas un paquete de servicios en línea, conocidos ahora como Xbox LIVE y PlayStation Network. Ambos tuvieron el mismo marco de referencia de cómo crear una comunidad virtual en consola, pero cada uno emprendió camino diferente en cuanto al esquema de negocios; en comparativa, Xbox 360 terminó siendo de paga, mientras PlayStation 3 fue un servicio gratuito, en tanto era conveniente para la empresa, pues no pasó mucho tiempo para que establecieran PlayStation Plus, una suscripción que acarreaba beneficios adicionales, creando la primera brecha entre los miembros de su comunidad de seguidores.

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