Como ya lo había mencionado en un artículo que escribí hace algunos meses, la contaminación causada actualmente por las baterías es alarmante. La mala disposición de estos productos ha provocado problemas que van desde una enorme cantidad de desperdicios electrónicos hasta contaminación del subsuelo debida a metales pesados como el plomo, el mercurio y el cadmio, lo cual en ocasiones puede provocar la contaminación de los mantos acuíferos y de ahí derivar en problemas de mayor magnitud. Obviamente, nadie quiere que sus mantos acuíferos tengan mercurio.
El problema es que nosotros, como gamers y adictos a la tecnología, utilizamos una gran cantidad de instrumentos y aparatos que dependen de la electricidad para funcionar; y eso significa que estamos contribuyendo en gran manera a la contaminación de nuestro planeta. ¿La opción? Sencilla, utiliza baterías recargables (BR). Y no estoy diciendo que necesariamente tengas que emplear los battery paks especialmente diseñados para el control de tu consola, no, puede ser cualquier BR que coincida con el tamaño de las que utiliza tu control. La excepción es el caso del control del PS3, que tiene su propia batería recargable integrada.
Las baterías recargables, también conocidas como baterías de celda secundaria, están creadas de tal manera, que sus reacciones electroquímicas pueden ser revertidas eléctricamente, lo cual quiere decir que al cargarlas, el material que forma el lado positivo se oxida, produciendo electrones, y el negativo se reduce, consumiendo electrones. Esto significa que la batería básicamente queda lista para utilizarse de nuevo.
Pero, tío Rex, las baterías recargables son mucho más caras. OK, quizás más de uno se encuentre pensando algo parecido a eso, es un punto respetable, aunque no necesariamente informado. Es verdad que comprar baterías recargables puede parecer un gasto más alto que el de un simple paquete de alcalinas, sin embargo, a la larga son mucho más baratas. Un buen número de BR actuales duran de 300 hasta 12,000 recargas antes de agotar su vida útil, lo cual se traduce en un gran ahorro para ti. Además, se ha demostrado que si se tiene en cuenta la misma cantidad de energía producida, las BR tienen 32 veces menos impacto negativo en el ambiente que las desechables.
Suena muy bien, ¿no? Te aseguro que lo es, solamente hay que considerar que existen diversos tipos de BR para elegir en el mercado. Existen las de nickel-cadmio (NiCd), ion litio (Li-ion), nickel metal hydride (NiMH) y polímero de ion litio (Li-poly).
Obviamente, cada tecnología tiene sus ventajas y desventajas, pero ya te tocará decidir cuál de ellas funciona mejor para tus necesidades.
Nickel-Cadmio (NiCd)
Estas baterías se encuentran entre las recargables más baratas.
Sus ventajas, comparadas con las demás tecnologías, incluyen las siguientes:
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Son más resistentes al daño, mantenerlas descargadas no daña las celdas.
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Duran más tiempo y ofrecen mayor número de ciclos de carga/descarga.
Su principal desventaja es el uso de cadmio, un metal pesado que puede llegar a causar edema pulmonar e incluso la muerte, además de ser un poderoso carcinógeno.
Ion Litio(Li-ion).
Su principal característica es que son más livianas, en comparación con otras tecnologías.
Sus ventajas incluyen:
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No sufren del llamado efecto de memoria, en el cual una batería guarda una menor carga de la que debería, lo cual causa que dure menos de lo que debería.
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Se descargan mucho más lentamente que algunas de los otros tipos de baterías, aunque son superadas por las nuevas NiMH de descarga lenta.
Sus desventajas incluyen:
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Un ciclo de vida corto, perdiendo capacidad de carga con el paso del tiempo.
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La exposición prolongada al calor las daña irremediablemente, causando pérdidas de hasta un 20% de su capacidad, de manera anual.
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