Bitácora de guerra

Después de estar en el lanzamiento del Gears 2, lo único que quería hacer era llegar a casa y ponerlo para jugar, inclusive sin bajar los mapas retro (¿Por qué Estación Tyro? Queremos Máquina de Guerra); Punto muerto puede esperar un día más, pero sólo uno.

En cuanto entré, recibí una invitación de JaDW para unirme a una partida de Horda, no voy a mentir, no quería jugar ese modo. A los 10 minutos cambié de opinión. Todos corríamos por las calles reviviéndonos y gritándonos para hacer un mejor trabajo en equipo.

El modo empieza fácilmente, te da un sentido de seguridad, pero es falso. Después de acabar con las primeras oleadas de Locust, que te hacen sentir como si estuvieras cazando patos enjaulados, y llegas a la séptima oleada, te das cuenta de que algo anda mal. Para cuando llegas a la octava y novena, te das cuenta de que el pato enjaulado eres tú.

Los locusts corren rápidamente hacia ti, sus tiros son más certeros, aguantan más balazos. Recuerdo haber metido cuatro balas de sniper con carga activa a la cabeza a un Boomer y no conseguí matarlo.

Para la oleada 18, había desarrollado broncas personales con los Theron, ya que el arco es una de mis armas favoritas y estos son los únicos que lo usan, así que eran mi fuente de flechas.

Jugamos Horda toda la noche.

Lo nuevo hasta ahora:

Arrastrarse después de que te tiran es una gran diferencia y te salva la vida muy seguido.

Volarle la cabeza a alguien con el arco no tiene precio.

Los bots no son tan malos como uno podría esperar.

El lobby nos gustó mucho.

Jugar Horda es una gran experiencia en cuanto a juego en equipo; cubrir las espaldas de mis compañeros de trabajo fue muchísimo más divertido de lo que creía.

Después del fin de semana, en esta misma sección les platicaré sobre los modos competitivos, con todo y fotos.