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Quick Time Event es sinónimo, por lo general, de diseño flojo y de efectismo; sin embargo, Ryse: Son of Rome no posee ninguna de esas 2 características. Lo descubrí en una sesión en las oficinas de Microsoft en Colonia, Alemania, a pocos días de la inauguración de gamescom, uno de los eventos de videojuegos más grande del mundo.
Lo primero que noté al tomar el control fue la dificultad para jugar de manera correcta. Me explico: es imposible presionar los botones aleatoriamente y esperar tener éxito al atacar o defender. Al contrario de otros títulos con un diseño más relajado, Ryse exige comprender a fondo su sistema de combate y sus mecanismos para esquivar, atacar y contraatacar.
El botón X servía para efectuar un ataque normal, por ejemplo. Pero presionarlo varias veces en sucesión sólo servía para que los enemigos esquivaran los golpes. El Y era útil para atacar con el escudo y alejar a los adversarios. El botón A, muy importante, servía para bloquear con el escudo. Mientras que B servía para llevar a cabo un movimiento indispensable: la ejecución.
Además de otros mecanismos, como arrojar el pilum, estos recursos conforman el sistema de combate. Como había mencionado, presionar los botones aleatoriamente y esperar éxito es una locura. La única forma de triunfar contra la difícil inteligencia artificial del juego es saber en qué momento bloquear, atacar y repeler enemigos. Además de estos movimientos, una rodada permitirá que tu personaje escape del peligro; será muy fácil quedar rodeado de enemigos.
El demo que jugué consistía en un área de pruebas delimitada que arrojaba oleada tras oleada de enemigos. Al comienzo, aparecían en grupos de 3; sin embargo, rápidamente aumentaba la dificultad y el número de adversarios. Dominar el flujo del combate será esencial para evitar ser derrotado. De nuevo, presionar los botones al azar no servirá de nada. Aunque los ángulos de cámara no siempre permiten percibir el mejor ángulo de la acción, la mayoría de las veces serán útiles para identificar si un ataque viene en camino (aunque la dirección desde la que provenga sea irrelevante) o si conviene utilizar el pilum para anular un rival con escudo.
Los enemigos son impredecibles y serán causa de los mayores dolores de cabeza: anticipan los golpes, se coordinan en equipo y atacan justo en el momento menos pensado. Luego de un par de muertes comencé a comprender cómo contrarrestarlos, pero es fácil ver que la complejidad del título aumente en especial si añadimos las ejecuciones a la fórmula.
La idea es sencilla: cuando le bajes la vida necesaria a un enemigo, aparecerá sobre su cabeza el ícono de ejecución. Al presionar el botón B comenzará la animación. Pero tu participación no termina ahí; deberás presionar el botón preciso en cierto momento para continuar la secuencia y también obtener mayor beneficio. Hablo de presionar en cualquier momento la cruz direccional y elegir entre distintas ventajas que van desde más vida hasta mayor experiencia. Entre más exacta sea tu ejecución, más beneficios obtendrás.
Mañana probaré el multijugador de Ryse. Esta breve prueba me dejó más tranquilo sobre la intención detrás de su creación: la profundidad de combate revela un verdadero esfuerzo por crear un gran juego de acción que vaya más allá de una demostración técnica de la capacidad de Xbox One.
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