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Después de dejar en claro, con la saga de Arkham, que las adaptaciones de cómic a videojuego no sólo son factibles sino que pueden convertirse en obras maestras, Warner decidió experimentar un poco más con los personajes de DC, sólo que en esta ocasión los puso a pelear, y para ello convocó a su experto en el género Ed Boon, quien con años de experiencia y un talento sin igual, diseñó una propuesta interesante que si bien toma mucho de Mortal Kombat, expresa su propia personalidad en una versión original de los superhéroes.
Más que partir de alguna historieta específica, Injustice es una historia original, al grado que la estética de los protagonistas es completamente innovadora. El mejor ejemplo es que Superman no tiene el aspecto idealizado de boyscout, sino de un dictador capaz de liderar un ejército, y su colorido uniforme de tela es ahora una intimidante armadura. Con cada personaje sucede lo mismo en cuanto a cambio de imagen, aunque conservan su perfil de habilidades, es decir, Flash sigue siendo el más veloz mientras Batman recurre a sus artefactos tecnológicos.
Dicho de otro modo, Injustice moldea el universo de DC a su antojo, y para ello se vale de una narrativa que justifica los repentinos enfrentamientos entre héroes y villanos. El estudio no ha revelado explícitamente lo que sucede en este novedoso panorama, pero basta mirar la evidencia visual para darse cuenta de que los defensores de la justicia aparentan ser malos, mientras que los malhechores... siguen actuando con malicia. Es incierto si al final habrá inesperados giros en la historia, pero según sus creadores, el juego apuesta por un argumento que durará entre 8 y 10 horas, y esperemos que en ese lapso expliquen por qué el hombre de acero no fulmina a sus enemigos simplemente con mirada láser.
Lo interesante es que el respeto a la identidad de personajes se transmite a la experiencia de juego, y es que NetherRealms dividió el catálogo de peleadores por el atributo de cada uno, así que Solomon Grundy se cuenta ente los lentos y fuertes, Nightwing esté entre los ágiles y acrobáticos, y Harley Quinn se clasifica como tecnológica. Por supuesto, los estereotipos no limitan el repertorio de habilidades y al respecto, cada celebridad es única, con sus virtudes y desventajas frente a otros peleadores o en relación con el escenario.
Por cierto, durante nuestro encuentro con Injustice, notamos que la supuesta interacción con el entorno se limita a elementos muy específicos, por ejemplo, apretar los botones de una consola para que el auto del hombre murciélago dispare misiles. Hay situaciones un tanto más espectaculares, incluido que el hijo de Krypton levante un auto y lo estampe contra su oponente, pero en general, la oportunidad de experimentar es nula, y tras conocer los peligros de cada zona, se acaba la novedad. Al margen de las limitantes, el componente gráfico de las locaciones parece arrancado de las viñetas de un cómic, dado que plasman el contexto de cada superhéroe, y el caso más ejemplar se da en Metropolis, con una estatua de Superman en el fondo, camionetas blindadas de un gobierno totalitario, y en general, evidencia de una reciente revolución.
Más allá de su apariencia, las arenas de batalla tienen el mérito de ofrecer amplio espacio para pelear, ya que se dividen en 3 secciones con trampas y características propias. Según los desarrolladores, podremos saltar de una parte a otra, considerando que un tipo de terreno favorece a ciertos personajes e impone limitaciones para otros. Pese a que la variedad de aplicaciones es escasa, hay numerosas herramientas ambientales para aventajar al otro peleador, suficientes para involucrar un ligero elemento de estrategia durante el combate.
De primera impresión, la mecánica se siente en extremo similar al más reciente Mortal Kombat, pero después de dedicar un par de combates, las diferencias se hacen evidentes: los botonazos son poco efectivos, hay que aprender cada movimiento, y más allá, dominar las estrategias. Si un jugador entiende a su personaje completamente, hará una diferencia monstruosa contra una persona que apenas esté aprendiendo. Hablando de distintos tipos de audiencia, la intención de Warner con Injustice es apelar a un amplio repertorio de públicos, por un lado estableciendo un control accesible y fácil de entender; por otro, pautando un esquema intrincado que involucra estrategia y el uso ingenioso de combos. Queda ver si en verdad se crea un buen balance entre ambas perspectivas, aunque de momento lleva un buen rumbo.
Para efecto comparativo con el resto de los juegos del género, no hay verdadera innovación, sin embargo Injustice: Gods Among Us es el resultado de todas sus partes, y gracias a su interesante historia, una presentación impecable y atractiva, además de una mecánica de juego muy sólida, ofrece una experiencia realmente fascinante, en especial para los fanáticos de los comics. Aún quedan ajustes por hacer, personajes por revelar y modalidades por detallar, pero de momento, el trabajo de NetherRealms es admirable, y podría ser un buen contendiente entre los juegos más populares de pelea.
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