Para nadie es secreto que los mundo abiertos están más que sobre explotados y la simple mención de que tal o cual juego suceden en uno genera incertidumbre. A estas alturas, hay grandes exponentes que han llevado este tipo de propuestas al límite hasta hoy conocido, los demás solo toman elementos en busca de combinarlos y ejecutarlos adecuadamente, al menos así es en el mainstream. Sin embargo, hay propuestas que no van hacia lo pretencioso y lo único que quieren es contar una historia en un medio como el de los videojuegos. Sin complicaciones, sin estrés, y es ahí donde entran juegos como Caravan SandWitch del estudio francés Plane Toast.

Caravan SandWitch y la forma básica del mundo abierto

Caravan SandWitch es un juego de exploración y por momentos una aventura contemplativa que tiene lugar en el mundo abierto del planeta Cigalo. Aquí tomas el papel de Sauge, una joven que de forma inesperado recibe un mensaje de auxilio de la nave en que se encontraba su hermana de quien no se tiene rastro desde hace 6 años. No está de más decir que, dentro de la historia del juego, esta desaparición, junto con la falta de pistas y el paso del tiempo ha sido tomada por los habitantes como un hecho funesto.

Sin embargo, resistirse a la idea de la muerte es fácil cuando no hay algo que la confirme y esa extraña comunicación motiva a Sauge a regresar a Cigalo, un lugar que evoca todo tipo de emociones no solo para la protagonista a nivel personal, sino para el jugador pues estamos ante un espacio rico en recursos que fue depredado por una corporación que huyó una vez que esto provocó un desequilibrio en el ecosistema originando un desastre natural catastrófico. Pese a ello, la vida siguió y Sauge es recibida por aquellos que dejó cuando era más joven y que ahora la reconocen con alegría, aunque también cuestionan sus motivos y su negación a aceptar la supuesta muerte de su hermana.

Una historia de pérdida, tragedia y la esperanza de que el peor escenario posible no se cumpla

Este es el contexto que nos da la bienvenida a Caravan SandWitch y que siempre está presente pues el desastre dejó una cicatriz profunda, aunque también la esperanza de encontrar respuestas y poder avanzar dejando una pesada piedra atrás.

Antes de seguir, debo decirte que este título es básico, no se trata de una propuesta compleja con mecánicas variadas, curvas de aprendizaje, cientos de marcadores. No, se trata de un mundo abierto listo para ser admirado y con puntos clave de interacción que tampoco son cosa del otro mundo, pero en la mayoría de los casos tienen coherencia con la historia y su desarrollo.

Visto desde una perspectiva general, tenemos misiones por cumplir divididas por capítulos, así como misiones secundarias surgidas de la plática con los personajes de Cigalo y viejos conocidos de Sauge, las cuales que podemos o no hacer y que, en ocasiones, su disponibilidad cambia de acuerdo con el paso de los días y los eventos que surgen en la aventura de la protagonista. La historia de Caravan SandWitch se cuenta a través del avance y las interacciones, así como en los diálogos, digamos que es un rompecabezas muy sencillo que vas armando (de hecho sí lo haces en términos de conectar las principales fuentes de energía tratando de revivir este lugar) para entender por qué este planeta cayó en desgracia, pero al mismo tiempo sigue siendo hermoso, aún en su tragedia.

El, digamos, sistema básico de progresión, está relacionado con la furgoneta que obtienes en el inicio, misma que debes mejorar con herramientas que te permitirán acceder a nuevas porciones del mapa. Aquí encontramos otra forma básica, la de un Metroidvania, pues acceder a ciertos puntos es posible hasta que construyas nueva tecnología en tu vehículo y así puedas seguir con la narrativa. El detalle es que desarrollar este vehículo solo es posible consiguiendo artefactos disponibles en las ruinas tecnológicas de este mundo, entonces debes recolectar determinado número de ellas para poder seguir.

Precisamente, este fue mi primer encontronazo con Caravan SandWitch pues entiendo que la libertad y la exploración son parte de su concepto, pero este sistema de recolección sirve más como pretexto para hacer más largo el juego y esto inevitablemente se verá de frente con la falta de cosas por hacer en este planeta. No hay enemigos, no hay muerte, de hecho puedes lanzarte desde la torre más alta y Sauge no sufrirá el mínimo daño. Sí, se trata en parte de una obra contemplativa, pero si no hay mucho por hacer en el mapa más allá de la recolección y los acertijos se torna monótona, aunado a las únicas acciones de Sauge como correr, saltar y trepar.

Pese a ello, el interés por saber la verdad sobre la hermana de Sauge y desvelar el colapso de este planeta, así como lo que sucedió con esa tormenta eléctrica que destruyó todo es razón suficiente para seguir. En este sentido, es un acierto que el mapa tenga un tamaño que considero perfecto para su propuesta pues aunque al verlo en la interfaz luce enorme, la realidad es que ir de un punto a otro no te toma mucho tiempo y menos en la furgoneta. A la par, tienes la posibilidad de colocar marcas que te indiquen lugares de importancia, aunque el número es limitado y pierde practicidad cuando hay varios objetos por recolectar, peor aún el tener que quitarlos manualmente. La historia también se cuenta en el dispositivo de la protagonista, una especie de red interna donde todos los personajes platican, revelan detalles de la narrativa y, por supuesto, indican hacia dónde tienes que ir para completar tal o cual misión.

Los acertijos son básicos y ninguno te romperá la cabeza pues involucran los sistemas de escaneo y palancas para abrirte paso y descubrir nuevas zonas. En cuanto a las partes específicas a donde te llevan las misiones principales, considero que tienen un tamaño y duración pertinente y durante mi experiencia no recuerdo estar en alguna misión que me tuviera deseoso de que terminara debido a su longitud, eso es un punto a favor.

Si bien el objetivo de Caravan SandWitch es explorar y descubrir poco a poco la historia (cuyo final vale la pena) también es cierto que hay algunos puntos flojos. La idea de la comunidad no se explora más allá de las misiones secundarias y la mayoría de ellas no son suficientes para crear y desarrollar un vínculo entre Sauge y los demás personajes, algo lamentable pues es la poca vida que queda en Cigalo y si consideramos el toque dramático que se alcanza en algunos momentos de su narrativa es posible quedarse con ganas de más respecto a estas otras perspectivas y relaciones. Se supone que eres parte de esta pequeña sociedad, pero al final te sientes como un simple visitante.

Asimismo, es importante mencionar que en términos audiovisuales es un juego bonito con un estilo de arte que recuerda la breve era del cel-shading y una cuidadosa atención a cada región del mapa que muestra el contraste entre el desarrollo tecnológico y la naturaleza retomando lo que le pertenece. Zonas de campo, mar, desiertos, montañas, pequeños asentamientos donde la vida sigue su curso, cada uno se siente con alma propia y no como relleno. En cuanto al audio, la banda sonora es muy buena y entiende que se trata de un juego para ver y explorar sin prisas ni contratiempos, también resalta aquellos momentos llenos de drama o donde una simple caminata hace pensar en lo que hubo antes de que todo se viniera abajo.

Caravan SandWitch fluye bien, aunque hay presencia de algunos bugs y algunos momentos incómodos con la cámara luchando tratando de enfocar a Sauge, en especial cuando estás escalando o accediendo a lugares con terreno accidentado o ruinas disparejas. Fuera de eso no hay detalles que devengan a mal tu sesión de juego.

Un juego para no meterte en problemas y simplemente explorar

Al final, Caravan SandWitch es un juego para quien no quiere meterse en problemas y desea disfrutar una historia interesante con un diseño y mecánicas sencillas, tal vez incluso para quien quiere adentrarse en los videojuegos, pero no en un nivel tan profundo. El sentido de libertad y exploración está bien logrado, aunque la propuesta no tarda en exponer los recursos que, a mi gusto, la alargan más de la cuenta. Como experiencia contemplativa en un medio interactivo, cumple su cometido, como videojuego no tanto, pues la falta de interacción más allá de lo básico termina pesando. Tampoco es que se pidan miles de cosas por hacer, pero recorrer tanto territorio así sin más no es tan atractivo como parece, al menos no si esperas que este mundo te atrape. Una propuesta simple, lo cual en sí mismo es un arma de doble filo, así que dependerá de lo que sientas y busques en algún momento de tu vida como jugador.