The Last of Us PlayStation 3

Un par de semanas es lo que nos separa de la inminente y esperada llegada de The Last of Us, una de las últimas exclusivas (no olvidemos Beyond: Two Souls) del PlayStation 3 para lo que resta del año. Como muchos recordarán, en God of War: Ascension se incluyó un demo del juego, el cual tenía un contador regresivo que nos indicaba cuántos días teníamos que esperar para poder jugarlo. El tiempo por fin concluyó, y después de jugar la prueba incontables veces, tenemos nuestras impresiones.

El demo nos da control inmediato de Joel, el protagonista, quien acompañado de Ellie, una chica de 14 años, y de Tess, una sobreviviente que opera en el mercado negro, nos vemos en las entrañas de una ciudad completamente destruida y carente de vida. ¿Cuál es el objetivo?, llegar a un capitolio. Aunque el nivel no dura más de 30 minutos, nos deja en claro que Naughty Dog pretende reanimar el survival horror de acción.

El paisaje por el que nos desplazamos luce espectacular: una urbe abandonada y corroída que se desmorona con cada paso que damos. La lluvia torrencial que profundiza el tono gris y melancólico del escenario, enfatiza desde el inicio el deleite que sentimos al estar en él. Charcos, las gotas que impactan en el suelo, rostro y ropas empapadas y reflejos en el agua son ejemplos que demuestran que The Last of Us lleva al límite el potencial gráfico del PlayStation 3.

El nivel de realismo que vemos en Joel, Ellie y Tess es impresionante, pues sus movimientos y expresiones son excepcionales. Las chicas son controladas por la inteligencia artificial, pero se comportan de manera fluida; interactúan con el entorno y no se convierten en ningún estorbo al caminar. El demo es insuficiente para determinar la importancia de nuestros aliados a la hora de compartir la acción, pero queda claro que su presencia será más para situaciones argumentales que para ayudarnos en combate.

Vamos con las mecánicas de juego, que de entrada puedo decir que son fluidas, atractivas e intuitivas. Debido a que se trata de un juego de sobrevivencia, casi todo lo que nos rodea deberá ser usado para defensa. De vez en cuando habrá armas y algo de municiones, pero en cantidades mínimas, así que la alternativa será recolectar madera, tijeras, cinta adhesiva y clavos, entre otras cosas, para formar con ellos todo tipo de utensilios y así enfrentar infectados. El crafting permite crear una amplia variedad de armas improvisadas, cuchillos para abrir algunas puertas especiales, así como para eliminar enemigos instantáneamente, y kits de salud para curar heridas. Pero lo mejor de todo es que no es necesaria una mesa de herramientas para construirlas, pues con nuestra mochila podemos crear lo que se nos antoje cuando y donde queramos. Técnicamente, somos un taller andante.

Lo mismo aplica para mejorar el armamento y habilidades de Joel; no hubo mucho de eso en el demo, pero definitivamente tendremos que explorar cada rincón de los escenarios para encontrar items que nos permitan hacerlo. Algo que me agradó fue que implementaron el Sixasis para realizar ciertas acciones de manera distinta; nuestra aventura de 25 minutos únicamente nos dio una linterna que a veces falla y se apaga, así que debemos mover el control de manera específica para encenderla de nuevo. Parece algo irrelevante, pero imagino que la versión completa del juego presentará otras acciones a realizar y, de alguna forma, le dará variedad a nuestra forma de interactuar con Joel.

Después de una larga caminata bajo la lluvia y una atrevida odisea al interior de un enorme rascacielos que se agitaba y crujía constantemente para recordarnos que en cualquier momento podría derrumbarse, nos topamos con la primera amenaza real: el clicker. Se trata de una especie de rastreador que, ante la falta de media cabeza (y ojos), se vale de los oídos para localizarnos; la primera situación real frente a esta criatura nos obliga a escondernos para tratar de eludirlo y evitar un enfrentamiento innecesario que podría terminar en heridas y pérdida de recursos. Esto deja en claro que el sigilo será esencial ante situaciones donde nos falten armas, y que su sistema no nos limitará y permitirá que actuemos de distintas formas. La primera vez que lo enfrenté esperé a que se alejara lo suficiente para continuar mi camino, pero en mi segundo intento no fui tan paciente y decidí arrojar una botella de vidrio para distraerlo y así poder seguir adelante.

Unos cuartos después, y antes de terminar el demo, hay un segundo encuentro con múltiples enemigos. Nuevamente hay un clicker entre ellos, pero también unos monstruos conocidos como runners, que como indica su nombre- corren hacia ti como si no hubiera mañana. La opción rápida es atacarlos, pero esto reduce considerablemente tus oportunidades de sobrevivir; lo mejor es usar el acecho dinámico. Se trata de una habilidad especial que permite a Joel escuchar todo lo que hay a su alrededor y obtener la posición exacta de cada adversario, para así determinar la estrategia adecuada. La opción ideal es eliminar uno por uno, de manera sigilosa. Suena fácil, pero no lo es tanto; el mínimo ruido provoca que el clicker te localice y alerte a los demás.

Explicaré qué ocurrió en mi caso. El primero de los runners me daba la espalda y estaba muy lejos de los otros, así que resultó sencillo agacharme para acercarme lenta y silenciosamente a él para asfixiarlo. Los 4 enemigos restantes permanecían juntos; afortunadamente, 1 de ellos se separó del grupo y entró en un cuarto que marcaría su fin (otra muerte limpia). El tercero fue más complicado porque no salía del área; a veces me daba la espalda y parecía la oportunidad ideal para acabarlo, el problema es que otro runner caminaba cerca de él y corría el riesgo de que me viera. Decidí arrojar un tabique al otro extremo del cuarto para desviar su atención (y posición); con lo que no contaba era que mi pésima puntería causó que el clicker me detectara y alertara a los otros.

Los runners fueron los primeros en llegar (ni siquiera me dieron oportunidad de sacar la Magnum que había encontrado cuartos atrás). Usé un trozo de madera con fierros en la punta –utensilio que había elaborado con materiales que encontré durante mi travesía- para defenderme; esto desató una animación que provocó que Joel lo estampara contra la punta de un mueble para reventar su cabeza, lo que indicó que el escenario será un aliado fundamental para salir con vida de ciertas situaciones. Para terminar, rellené de plomo al cuarto runner, no sin antes recibir el ataque final del clicker.

Justo cuando terminaba el encuentro y deseaba saber qué seguía, finalizó el demo. Es increíble lo que 25 minutos de juego pueden causar, pues te atrapa desde el inicio con su detalle gráfico, diálogos y sonido. Los enfrentamientos con los infectados fueron pocos, pero suficientes para generar una buena dosis de tensión y suspenso; a ello hay que agregar que el layout del control es amigable y verosímil y que cada situación hostil es impredecible, por lo que la espontaneidad será un factor obligatorio para sobrevivir. Si este demo no es una décima parte de lo que será la versión final, entonces The Last of Us pinta para ser una de las mejores experiencias de 2013. Francamente no podemos esperar a que llegue el 14 de junio para jugar el título que, posiblemente, cierre al PlayStation 3 con broche de oro.