Ahora bien, este es un juego de mundo abierto, pero ello no significa que todo el territorio esté cartografiado desde el comienzo. Para desbloquear el mapa, hace falta escalar una serie de 18 torres de radio que no sólo revelan los secretos de Rook Island, sino que le ayuda a los Rakyat a recuperar el dominio de su tierra. Un detalle a destacar es que no todas las torres son iguales, y algunas agregan cierta dosis de plataforma poco común en el género.

Otras actividades alternativas comprenden desafíos de armas situados en ciertas zonas del mapa que requieren que el jugador mate a la mayor cantidad de enemigos con cierta pistola o metralleta y contra el reloj, carreras en cuatrimoto, vuelo en planeador y más.

Por lo que respecta a la jugabilidad, hablamos de un título de disparos cuyos controles le resultarán familiares a cualquiera con experiencia elemental en el género, aunque con la variante de que aquí también se pueden escalar algunos objetos y nadar.

Llama la atención el énfasis en la inercia que pusieron los desarrolladores, pero una de las omisiones más grandes fue la de la posición pechotierra, que simplemente no existe y se extraña en un juego con estas características. Otro asunto que pudo mejorar es el manejo de vehículos, el cual resulta muy sensible tratándose de un territorio tan irregular. Conducir un jeep es una tarea exigente y ni qué decir de las cuatrimotos.

El hecho de que el mapa sea abierto, lógicamente elimina esa obsesión de los FPS tradicionales por introducir cuellos de botella y paredes invisibles, y un acierto de Ubisoft Montreal en esta ocasión fue la introducción del concepto de la conquista para evitar la molestia de tener que pasar por un lugar que ya limpiamos previamente, sólo para enfrentar nuevos enemigos. En Far Cry 3, una vez que se conquista un campamento de piratas, ese lugar queda en manos de los Rakyat hasta el final, lo que significa que no se tiene que hacer el trabajo 2 veces, o al menos no siempre. En escaramuzas aisladas, si llega a ser notoria la aparición de enemigos de la nada, y cuando matan a Brody en combate, revive sin las balas que usó, aunque obviamente los piratas sí están ahí de nuevo.

En cuanto al apartado multijugador, no hay algo particularmente innovador. Las clases son rígidas y la progresión se da por experiencia hasta el nivel 75, desbloqueando nuevas armas y habilidades. Existen 7 modos de juego y pueden crearse mapas personalizados que luego se comparten con la comunidad.

Los escenarios están bien diseñados y el ritmo es intenso. Nos gustó que al morir, la víctima pueda permanecer con vida presionando repetidamente un botón en espera de que venga a revivirlo un compañero y el estilo de las killcams que muestran exactamente la trayectoria de las balas enemigas y el punto donde hicieron blanco para que no haya duda de que murió con justicia o no por una anomalía o capricho de la computadora.

Otro detalle diferente es que pueden portarse perks que benefician al equipo completo, denominados Gritos de guerra, que aumentan la resistencia de nuestros compañeros, su velocidad de recuperación o velocidad y se desbloquean dependiendo el nivel de experiencia.

En todo caso, lo que sí nos hubiera gustado es ver mapas más pequeños, pues en ocasiones la acción se siente dispersa para el conteo de jugadores, y eso sin mencionar que de momento la población es reducida y hay modalidades con poco aforo.

Una “novedad” más es el sistema de decodificación. Luego de cada partida, el jugador puede haber recolectado piezas de inteligencia como discos, unidades USB o discos duros del campo de batalla que, una vez decodificados, dan bonos, como extra experiencia o skins para las armas que incluso es posible vender para obtener puntos de experiencia. Esta opción queda colgando en el aire porque no queda claro lo que hay que hacer para obtener estos objetos a decodificar y porque descubrir los bonos que dan toma hasta 10 minutos.

Por último, está el modo cooperativo, que relata una historia alterna situada 6 meses antes de la campaña original y donde 4 nuevos personajes con su propia agenda se abren paso por Rook Island, mientras despachan piratas a diestra y siniestra. Aquí hay que resaltar el hecho de que se alternen dinámicas de juego por objetivos y competitivas, así por ejemplo, a veces sólo hay que disparar y eliminar a todos los enemigos para llegar a un punto de control y en otras ocasiones se toma un rifle de francotirador para abatir tantos piratas como sea posible en un lapso de tiempo, con la encomienda de superar a los demás miembros del equipo en el conteo final; también está la de proteger cierta zona de oleadas de enemigos cada vez más desafiantes.

Far Cry 3 es, sin lugar a dudas, uno de los mejores FPS de este año y quizá de la generación. Es un título vasto que ofrece decenas de horas de exploración y acción repartidas a través de una campaña absorbente y esplendorosamente presentada, con personajes memorables y un mundo vivo que vale cada centavo, lo que sumado a un multiplayer y una campaña cooperativa sólidos, se traduce en un paquete que nadie debe dejar pasar.