[p]Existen varias razones detrás de la violencia civil desatada en Inglaterra durante las últimas semanas, empezando por el asesinato de un joven de raza negra por parte de la policía, el alto índice de desempleo y drogadicción en las zonas afectadas e incluso la desintegración familiar que, de acuerdo con especialistas, ha favorecido el mal desarrollo de los adolescentes en las poblaciones aledañas a Londres.
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Pero de acuerdo con Jo Frost, figura pública británica quien saliera a la luz gracias al show de televisión Super Nanny (similar a Niñera S.O.S. que se transmite en Latinoamérica por canales como Discovery Home and Health), nada de lo anterior tiene relevancia, lo que realmente ha causado este desastre son ¿qué otra cosa? Los horribles videojuegos violentos, así lo declaró Frost como parte de su columna para el tabloide inglés Daily Express.
Por un momento sentí que había tropezado con uno de esos videojuegos realistas del tipo al que muchos de los involucrados [en los motines] son adictos, afirmó, implicando sin base alguna que, en primer lugar, todos los saqueadores usan videojuegos y, no sólo eso, sino que también son adictos.
Pero como si no bastara con lo anterior, Frost sostuvo que se trata de títulos horribles que dan puntos por quemar, disparar y matar, haciendo a la gente completamente insensible. De modo que los adictos no pueden ser dependientes de FIFA 12 (en un país netamente futbolero) o de World of Warcraft, sino que sólo juegan títulos violentos, implicó.
Y para no ser atacada por falta de sustento para sus argumentos, la Súper Nana aludió a una investigación (no aclaró cuál concretamente): El estudio muestra que después de 15 minutos jugando uno de esos títulos [violentos] los hombres jóvenes se tornan altamente agresivos y faltos de empatía en situaciones normales. No es descabellado sugerir que al sumergirse en este mundo de corte beligerante se está a un pequeño paso de llevar esa mentalidad de pesadilla a las calles con todas las consecuencias de anarquía y violencia que vimos destruir las ciudades, enfatizó.
Para mitigar este fenómeno, Jo Frost demandó que los vendedores de videojuegos pidan identificaciones de mayoría de edad antes de despachar títulos violentos a menores, de no hacerlo, deberían ser multados, concluyó, sin saber que la ley de su país contempla esta normatividad desde 1984 con multas que ascienden hasta las £ 5000 GBP ($8,250 USD, aproxidamente) o seis meses de prisión para quienes vendan juegos violentos a menores.
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