A dos años del juicio y sentencia que tienen a Daniel Petric cumpliendo una condena de 23 años en prisión, el padre del chico, Mark Petric, volvió a la luz pública para advertir sobre el efecto adictivo que pueden tener los videojuegos y, que en su opinión, condujo a su hijo a dispararle a sus padres la noche del 20 de octubre de 2007, lo que ocasionó la muerte de su madre.
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Estos juegos son adictivos, los chicos se vuelven adictos como lo harían con las drogas, aseguró el señor Petric, quien agregó que combatirá a la industria del videojuego por poner armas en las manos de nuestros niños y enseñarles a asesinar, y que matar está bien.
Daniel Petric, en ese entonces con 16 años de edad, era un adolescente aparentemente ordinario, oriundo del condado de Wellington, Ohio. Tras una lesión y subsecuente infección, faltó a la escuela por un tiempo, teniendo acceso al juego Halo 3 en casa de sus amigos. Su padre, pastor de la iglesia pentecostal Asamblea de la vida de Dios, prohibió a Daniel adquirir el recientemente lanzado título, arguyendo su clasificación para adultos, pero una tarde el chico se escabulló y compró el título que llegó a jugar a escondidas hasta por 20 horas seguidas. Al enterarse, el señor Petric confiscó el juego y lo colocó en una caja fuerte donde también yacía una pistola 9mm.
Aprovechando la distracción de sus padres, quienes veían televisión, la noche del sábado 20 de octubre de 2007, Daniel hurtó las llaves de la caja fuerte, tomó el juego así como el arma y tras instar a sus papás a cerrar los ojos pues les tenía una sorpresa, le disparó a ambos en la cabeza, asesinando a su madre y dejando a su padre gravemente herido.
Durante la lectura de la sentencia, un año más tarde, el juez James Burge subrayó: Es mi creencia, como ser humano y no como juez, que Daniel sufre de un serio defecto en su mente. Sin embargo, agregó que: después de un tiempo, las mismas respuestas psicológicas que ocurren durante la ingestión de drogas, tienen lugar al volverse adicto a los videojuegos.
Por su parte, Mark Petric subrayó ayer: Sabes, lo único que le quitamos fue ese videojuego. ¿Estaba obsesionado? ¡Oh, sí, bastante!
Este caso se suma al de Devin Moore, un joven afroamericano de Alabama y gran fanático de GTA: Vice City, quien asesinó a tres policías; el de un niño de 13 años, oriundo de Texas (cuyo nombre no fue revelado por razones de edad), quien disparara a un amigo en la cabeza mientras jugaban God of War; y por supuesto, el de los jóvenes Eric Harris y Dylan Klebold, perpetradores de la masacre de Columbine, quienes supuestamente eran adictos a los juegos Doom y Wolfenstein 3D.
La consideración de los videojuegos como algo netamente negativo ha ido cambiado en los últimos años y para ejemplo basta la siguiente declaración hecha por el fundador y expresidente de la Entertainment Software Association, Doug Lowenstein: "Si la gente tiene una mente criminal no es porque alimente sus ideas con videojuegos. Hay algo fundamentalmente mal dentro de la mente del individuo, y los videojuegos no son el verdadero problema," afirmación que puede relacionarse y resultar congruente con la del juez Burge respecto a que "Daniel [Petric] sufre de un serio defecto en su mente."
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