Alex Trowell de 18 años y residente de Boise, Idaho, Estados Unidos, conoció a una niña residente de Nuevo México, entonces de 11 años, mientras jugaban World of Warcraft. El problema fue que en diciembre de 2010, Trowell decidió que sería una buena idea comenzar una "relación" con ella y también visitarla en su casa, para lo cual planeaba conducir hasta allá. Cuando la madre de la niña se enteró, alertó a la policía, quienes contactaron a Trowell mientras conducía. La advertencia surtió efecto y Trowell regresó a Idaho, pero la historia no terminó ahí.
Trowell y la niña siguieron en contacto y comenzaron a elaborar un complicado plan, que incluía una carta suicida de ella dirigida a sus padres y la compra de un boleto de avión. La niña llegó a Boise el 20 de abril, la semana pasada, para reunirse con Trowell. Por supuesto, su historia no llegó muy lejos, y Trowell fue detenido por el departamento de policía de Nampa un día después, el 21 de abril, después de poner en marcha al Equipo de Respuesta contra el Secuestro de Niños (CART, por sus siglas en inglés).
El jefe de policía Bill Augsburger comentó: "Cuando el departamento de policía de Nampa recibió información sobre la severidad del caso y del riesgo en que se encontraba la víctima, activamos nuestro equipo CART, y en muy poco tiempo alejamos a la niña del sospechoso. Lo consideramos una gran victoria..."
Lo que causa molestia, entre muchas (muchas) otras cosas, es que la niña, a pesar de la "gran victoria" de la policía, pasó la noche en casa de los padres de Trowell y durmió con él; según los reportes, "únicamente" se besaron y tocaron. El plan de Trowell era que la niña viviera en una casa abandonada junto a la suya, y que los padres de ella pensaran que se había suicidado.
Alrededor de diversas facetas polémicas de la industria de los videojuegos, como las que conciernen a contenidos violentos, a legislaciones sobre clasificación, a escenas prohibidas, uno puede argumentar a favor o en contra: el consumidor es el que decide; pero casos como estos nos muestran un aspecto siniestro de nuestro pasatiempo favorito que simplemente no podemos tolerar. En este caso, víctima y abusador se conocieron a través de un MMO, pero hay muchos otros donde las salas de chat públicas o las redes sociales sirven como plataforma para que potenciales abusadores de menores se pongan en contacto con sus víctimas.
En lo personal, no considero escandaloso que un niño juegue Mortal Kombat con sus amigos, que sus padres participen del juego y que la barrera entre realidad y fantasía quede bien establecida, pero hallo sumamente preocupante (usando palabras moderadas que no perturben los castos oídos) que la madre de esta niña tuviera un antecedente del caso y no pusiera mayor atención en supervisar la actividad online de su hija. El Internet, la tecnología, los videojuegos multiplayer son herramientas maravillosas que nos permiten entrar en mundos y realidades fascinantes, conocer gente con nuestros mismos intereses y divertirnos de muchas formas, pero con un gran poder viene una gran responsabilidad, y el uso de la tecnología, hasta que los niños puedan ser responsables de sus actos, debe estar vigilada por sus padres, pues este tipo de casos son una realidad. Una realidad siniestra y muy alarmante.
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