Enviado directamente de la década de los 90 para rendir un merecido homenaje a las ya prácticamente extintas arcadias y, por supuesto, al baloncesto, NBA Jam On Fire Edition es una propuesta adictiva y tremendamente accesible; aunque un poco repetitiva y desperdiciada en ciertos momentos, resulta ideal para pasar un buen rato con los amigos.

Como referente para quienes están poco familiarizados con la saga, NBA Jam es un título de basquetbol orientado a la espectacularidad, la sátira y la diversión, donde se juegan partidos por parejas sin reglas y con clavadas de fantasía.

La experiencia se divide fundamentalmente en tres modos de juego: Jam Now, que no es otra cosa más que el clásico partido de exhibición; Road Trip, que consiste en ganarle a todos los equipos de la NBA, y Online Arena, que incluye lo antes expuesto, pero en línea.

Sin importar cuál de estas modalidades elijas, la consecución de retos hará que empiece a fluir dinero virtual a tus arcas, con el que podrás adquirir leyendas de la talla de Larry Bird, Scottie Pippen y el Shaq, además de mascotas –que también juegan– y privilegios, como filtros de cámara, basquetbolistas miniatura, balones especiales y más, para aderezar la ya de por sí pintoresca mecánica de juego. Este es un buen detalle que nos ahorra la molestia de esperar hasta alcanzar cierto nivel de progresión para disfrutar los beneficios realmente divertidos que distinguen al título.

Un aspecto importante es que Road Trip tiene niveles de dificultad distribuidos en medallas. Derrota a la dupla de la era actual para ganar la de bronce y pasar a dos cotejos (plata y oro) con figuras únicas cada vez más desafiantes y con algunos modificadores, ya sean rachas de canastas ininterrumpidas o juegos de un solo cuarto. Esto inyecta reto y variedad, pues a diferencia de su antecesor, On Fire permite afrontar el reto en el orden que se desee. Nuestra queja es que la mayoría de los segundos encuentros son tradicionales. Si NBA Jam es un título de fantasía, lo tradicional no tiene cabida, ¿estamos de acuerdo? Y mucho menos si se habla de una modalidad que te lleva por una secuencia de 90 partidos que fácilmente puede volverse monótona.

Ya en la duela, NBA Jam On Fire Edition es básicamente exagerado e irreverente. Se pasa con A o triángulo, se tira con cuadro o equis y se roba el balón con B y círculo; eso es todo. Entre más larga sea una racha de canastas, más estrafalarias serán sus características, lo que supone desde aros en llamas, hasta tableros destruidos y toda suerte de evoluciones aéreas que desafían la física y la razón.

Ahora bien, por años, NBA Jam enfatizó el manejo de un solo jugador, mientras la computadora disponía del otro. Ello claramente podía derivar en momentos de gran frustración, pues, aceptémoslo, la Inteligencia Artificial actual sigue siendo mediocre en muchos de juegos, así que este año agregaron el Tag Mode, la opción que nos permite controlar a ambos basquetbolistas como en cualquier otro título del género; de hecho, nos preguntamos por qué se demoró tanto en llegar. Sobra decir que activar el Tag Mode es sinónimo de un nivel de control mucho mayor, un giro absoluto a la forma como se afronta cada partido y una reducción segura de molestias al jugar. También se dan indicaciones básicas al compañero con los hombros del control, ya sea para que busque el alley-oop o para que empuje a un rival y nos abra espacio.

A propósito de alley-oops, NBA Jam On Fire Edition gira casi por completo en torno a esta evolución aérea y, ahora, efectuar tres de ellas al hilo le da 20 segundos de poder especial a nuestros dos basquetbolistas. Otra adición importante son los razzle-dazzle o jugadas deslumbrantes. Presionar ambos gatillos y tirar, da pie a una dosis de estilo en las canastas, como arrojar el balón de espaldas o entre las piernas, al más puro estilo de las niñas de primaria. Aunque hilarante, esta práctica tiene un bajo índice de efectividad y es repetitiva, pues sólo tiene un puñado de variantes.

En un buen ejercicio de equilibrio entre sus orígenes de arcadia y la nueva generación, NBA Jam On Fire Edition es gráficamente consistente, con rutilantes duelas, animaciones fluidas y vistosos efectos, aunque las arenas son planas y similares entre sí. Ok, es un juego noventero y demás, pero no es pretexto para ser poco creativos y limitarse a copiar y pegar el mismo modelo una y otra y otra vez. Si el juego se caracteriza por ser extravagante, ¿por qué no diseñar arenas basadas en lugares descabellados, íconos arquitectónicos mundiales o clásicos de los videojuegos, sólo por citar algunas ideas?

En lo que compete al audio, el tradicional aporte de Tim Kitzrow alimenta la sensación de nostalgia y emoción, gracias a comentarios como: “Ahora me ves, ahora no,” “Dile ‘hola’ a mi mano y ‘adiós’ a tu tiro” o el clásico “boom shakalaka”. La música es otra historia, pues peca de hipnótica e intrascendente, cuando bien podría jugar un rol mucho más importante si se trata de un título con esta carga de efectos.

En pocas palabras y, al margen de los detalles aquí expuestos, NBA Jam On Fire representa un sustancial paso al frente para la recién resucitada franquicia. Como todo buen Arcade, no te dejará despegar tus pulgares del control y retacar el balón en la cara de los oponentes tiene un efecto catártico deleitante. EA logró con éxito mantener esta entrega fiel a su estilo, y aunque por momentos puede tornarse un poco monótona y dejarnos con ganas de una dosis mayor de creatividad, constituye la mejor experiencia de irreverencia y fantasía a la que puede aspirar el fanático del deporte ráfaga en la actualidad.